Tolosa, La Plata

Historia de TOLOSA

(De La Plata Mágica) Martín J. Iraola era hijo de Gerónimo Iraola casado con una Pereyra. Al fallecer su padre sus bienes pasaron a su poder, en condominio con su hermana, casada con su primo Don 
Leonardo Pereyra.Diversos motivos lo llevaron, no por casualidad, con acierto a lotear una fracción de tierras en las “Lomas de Ensenada” que en el transcurso de un breve tiempo se formó un pequeño pueblo al que llamó Tolosa, en recuerdo al lugar donde había nacido su padre en España.
Algunas causas, llevaron al vasco Iraola a fundar un pueblo en 1871.En primer lugar, la gran epidemia de fiebre amarilla que martirizó a Buenos Aires en los primeros seis meses de 1871, d
onde una tercera parte de la población inició un éxodo, trasladándose a los pueblos vecinos de Belgrano, Morón Flores, San Isidro y otros lugares que distaran del centro del contagio. Una cosa era segura todos huían escapando de la muerte.


Esta triste realidad trajo como consecuencia que se cerraran por Ley los saladeros y graserías ubicados sobre el Riachuelo por considerarse que constituían un foco de contaminación por los desagües hacia esa vía de agua.Antonio Cambaceres y Juan Berisso instalaron por esta causa sus saladeros en Ensenada y en lo que después sería la ciudad de Berisso.
No es extraño pensar que esta circunstancia haya incidido de alguna manera en el ánimo de Iraola a tomar la decisión de fraccionar una parte de sus tierras para fundar en ellas un pueblo, solicitando permiso a las autoridades.
También y casi con seguridad otro motivo podría ser el hecho de la visita efectuada el 25 de marzo de 1870 a la Ensenada del presidente Domingo F. Sarmiento invitado por el ingeniero norteamericano Guillermo Wheelwrigt que impulsaba el ferrocarril al puerto de Ensenada, cosa que finalmente consiguió el 31 de diciembre de 1872 en las márgenes del Río Santiago en la 
estación que se encontraba junto al actual club de Regatas La Plata.Todo este panorama daba claras promesas de un mayor movimiento de obreros y la conveniencia de dar refugio a conductores de carretas, pasajeros o hacienda en tránsito.
Pedido de autorización: El 10 de octubre de 1871 se presento al Superior Gobierno de las Provincias, iniciando así un expediente que fue caratulado así"Expediente promovido por Martín J. Iraola, en 1871, a fin de que se autorice la fundación de un pueblo en las "Lomas de Ensenada", conforme al plano y que el nuevo pueblo se llame Tolosa".
Tolosa fue fundada el 7 de julio de 1871, esta fecha fue por muchos años considerada la fecha de fundación cosa que más tarde, en base a investigaciones y tramites se llego a la conclusión de que no era, cosa que más adelante veremos.
Primeros HabitantesSegún el Libro del Dr. Laborde "Breve historia de Tolosa" del cual se extraen estos datos, los primeros pobladores de este nuevo pueblo fueron:
Domingo Parodi: Vino desde Francia en el año 1866, a la Ensenada. Se radico en Tolosa en 1873. Desde 1867 a 1771 fue 
Juez de Paz en Ensenada y tuvo a su cargo en 1871 la división y subdivisión en lotes del pueblo en compañía del Ing. Germán Kuhr y el mayordomo del señor Iraola, Eduardo Miche. Fue el fundador de la primera escuela que , bajo la dirección
 de Don José J. Odriozola, funciono en calle 2 y 36 en el año 1875.
Roberto Parks: Fue jefe de la estación Tolosa. Desde el año 1882, estación que se hallaba entonces en lo que hoy es el pasaje Dardo Rocha, inaugurándola y permaneciendo en ese puesto hasta 1884, en que paso a Tolosa (la actual) hasta 1890. Tras un paréntesis en que se desempeño otros cargos, se le nombro nuevamente jefe de la estación Tolosa en 1899, hasta 1920 en que se jubilo. Formo parte de varias instituciones de fomento del pueblo.
Eugenio Maggi: Fue el primer constructor que tuvo Tolosa, pues vivió en ella desde su fundación. Hasta 1880 había construido 11 edificios y siguió su obra en la zona en que se fundo la ciudad de 
La Plata, murió en 1919.
Guillermo Rifourcat: Desde 1866 estuvo radicado en la zona que luego se llamaría Tolosa, con una gran tropa de carros de los que se sirvió el Sr. Iraola para transportar arena desde el lugar conocido por el ventoso, hasta Plaza Moreno, siguiendo por la calle 1 de 528 a 51 y por ésta hasta la plaza, a fin de construir un camino que habría de seguir la comitiva que concurriría a la fundación de La Plata.
También transporto con carretas que pertenecían al Sr. Iraola y que mandaba el Sr. Pereyra los eucaliptos que se colocaron a lo largo del camino. El Sr. Rifourcat vivía en 532 N° 139 (115 y 116).
Eduador Miche: Vino al país el 7 de enero de 1860, nombrandosele, el 16 de octubre del mismo año, mayordomo general de la estancia de Don Martín Iraola, dirigió la plantación de eucaliptos desde 1 y 528 a Ringuelet; de 44 a 60; de 1 a 120, cooperando con el trabajo el Sr. Carlos Saliche.
Después de fundado el pueblo de Tolosa y de la donación y venta de tierras, se retiro de toda actividad, yendo a vivir a 1 y 528 y más tarde a la calle 531 y 115 bis. Falleció el 22 de febrero de 1890 a los 65 años. En esa casa vivieron también Deolindo Campoamor y familia, Guillermo 
White, miembro del Directorio del Ferrocarril del Sur y la familia Bauer, naciendo allí el ingeniero Conrrado Bauer.
Fernando Miche: Vino a estas tierras en el año 1864, ocupándose de negocios varios, hasta que en 1874 se estableció con un almacén de ramos generales en la calle 1 esquina 530. Lo mantuvo hasta 1882 en que inauguró un negocio de confitería y billares con el nombre de "Plaza Iraola" hasta el año 1903, en que lo vendió y se dedico a la vida privada.
En el año 1884, el 11 de febrero, fue nombrado miembro de la comisión encargada del arreglo de la plaza y junto con el señor Saliche, diseño los trazos de la llamada "Plaza Martín Iraola".
Falleció el 16 de diciembre de 1923 en la casa de 1 entre 529 y 530.
Juan B. Fachan: Vino al país en 1860; radicando en Ensenada y luego se estableció con una panadería en el paraje conocido como las Barrancas de Ensenada en la calle 33 y 121, fundando un negocio con el vecino juan Bautista Barragué, que residía en la calle 35 y 1.
Al llegar a esta Fachán, el pan no se conocía. El alimento de los que por aquí vivían, era mate amargo, asado y fariña, al principio le costo mucho que aceptaran su mercadería, pero logro imponerla de tal forma que debido a su clientela cada vez más numerosa, tuvo que instalar la panadería en un local más amplio, en la calle 1 entre 35 y 36 llevando el negocio la firma "Fachan y Barrague".
Murió a los 86 años de edad en su residencia de la calle 36 entre 1 y 115.
Francisco Alejandro Puppo: Nació en Ensenada el 4 de octubre de 1854, su abuelo fue practico marino, siendo reconocido sus servicios por el Virrey Sobremonte.
El señor Puppo inició sus estudios en le Colegio nacional de Montevideo en 1865, siendo director del mismo el general Justo José de Urquiza, regresando en 1870, A su llegada, se ocupo en el negocio de su tío Aniceto Maurelli, que tenia carnicería en la calle 529 y 121.
Gervasio Campoamor: Llego a Tolosa procedente de Quilmes. }en 1872 abre la primera casa comercial de ramos generales en la calle 1 y 531 (hasta hace poco tiempo se veía en la ochava del frente la fecha de su fundación) tenia su domicilio en la calle 1 entre 531 y 532 N° 88 donde vivía con su esposa Felipa Rodríguez y sus hijos Evangelina, Rogelia,Deolindo y Antonio Gervasio.
Presto su cooperación a todo aquello que significara progreso para el pueblo, fue así miembro del primer Consejo Escolar de la Ensenada en 1875; presidente de la primera comisión constituida en 
Tolosa para la construcción de una escuela.
Gestiono y obtuvo las nivelaciones de la calle 1 desde 32 a 34 y la construcción de los muros de contención de ambos lados de la vía. Formo parte de varias comisiones vecinales, incluso la que diseño y construyo la Plaza Martín Iraola Fue electo concejal en 1895. Falleció el 15 de Setiembre de 1902.
Manuel Carvallo: Nació en España en 1854. vino al país en 1874. Ingreso al ferrocarril de la Provincia, siendo uno de los primeros maquinistas que corrían trenes antes de la fundación de La Plata y que llevaban los materiales de construcción necesario para la edificación de la nueva ciudad.
Fue miembro fundador de la Fraternidad, en 1187 (Sociedad de maquinistas del ferrocarril) juntamente con José Molinari, Vicente Pérez, Ignacio Bertoloni y otros. Durante los años de trabajo en el ferrocarril fue limpiador de máquina, foguista y maquinista. Se acogió a los beneficios de la jubilación el 1º de mayo de 1917, después de 43 años de servicios. Murió el 23 de julio de 1918.
Tolosa y Estación Tolosa Sud
(de Cristina Alfano)
"En un tiempo de memoria nueva nos reencontramos con el pueblo de la infancia. Un silencio de presencias ausentes y un palpitar de presencias vivas dan a la mente el vigor del recuerdo. Nada se borra, todo reaparece con vigencia fundadora. Tolosa suburbio de calles arbolada's; por ellas marchamos alados de niñez, limpios, sin mancha.
Casas bajas, casi iguales, con un jardín florecido por las manos maternas en diario ritual. La Iglesia, la escuela, centro de primera comunidad, donde estructuramos nuestra cultura intelectual y religiosa.
¡Cuánta ternura madura, cuánto asombro inédito! Todo es trascendente; nada es más importante que el don de la vida.
El castillo encantador se construye con hierbas frescas el pináculo de la gloria, la rama más alta. El día es claridad de sol y la noche en plata de luna resplandecen alumbrando los viejos juegos, para nosotros siempre nuevos, cada vez. El grupo de niños juega a la bolita, al vigilante-ladrón. Hay tanto campito para remontar el barrilete, tanto potrero para hacer malabares con el fútbol; hay tanta dignidad en el varón para sumir su sexo.
Un firmamento igual y distinto cada noche nos hace marco a las niñas; ondulantes, danzamos y cantamos: "Hacen así, así las coquetonas". Los niños conectan a los padres las familias se vinculan. No necesitamos de la radio ni de la televisión para comunicarnos.
Los días de verano se desperezan en largas siestas. Las noches invernales no aterrorizan con sus truenos. Bajo el calor y el frío son símbolos de trabajo los maquinistas con sus canastos de mimbre rumbo a la estación de ferrocarril.
Somos sencillos, felices en la me medida que se conoce la felicidad en la tierra. Somos capaces de gozar la vida y los sueños de la vida. Bebemos el polvo de la huella que levanta la rueda del carro. Padecemos ansiedad de distancia; nos conformamos con el permiso para ir a la "vía muerta" o al molino de "La Julia".
Conseguimos emociones al sentir crujir bajo nuestros pies la arquitectura del puente, conmovida por el paso del rápido a La Plata. las fiestas de fin de año se celebran con travesuras de cohetes y los infantes conseguimos con las luces de bengala, hacer bajar por un instante nada más, el cielo a la tierra.
El escenario es doméstico: sobre el mantel planchado con almidón, las manos realizan la coreografía de atraer y repartir la sidra, la fruta seca, el pan dulce. Las campanas de la parroquia repican a las doce,sones de paz. El brindis, Nochebuena con regalo de besos paternos y coros de hermanos, sin olvidos: Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, la emoción desborda nuestro contorno humano.
Participamos del momento histórico que vivimos: advertimos la conmoción de los hechos políticos del año treinta y no somos abstractos espectadores del estallido de la segunda guerra mundial.
Tolosa tiene un arroyo de aguas oscuras surcadas de horas sin marcas en una expectativa adolescente de piques de anzuelos y tiene como el poeta, un río distante que es cercano, cuando apaga el ardor de la piel joven, Los personajes místicos pobladores de las catedrales verdes de "los pinos" se diluyen hoy en figuras borrosas de alcohol y de miseria.
Crecemos en el tiempo de la orilla; sin embargo una infancia substancial nos hace deslumbrados de fe y esperanza. Partir no es irse. Prendidos de nostalgias, arribamos en regreso, la senda de los años no nos deja intactos de dolor, lloramos a amigos, a hermanos. Sentimos la incomprensión de algunos, las circunstancias no cambian el sentimiento bueno, nos absolvemos del rencor, es tan corta la vida y tan larga la muerta.
Nominados de amor construimos futuro. Como antes, como ahora, las lanzas estridentes de los silbatos de los trenes abren brechas en la calma pueblerina, más no destruyen la magia evocadora del paisaje azul recortando la torre de la iglesia, ni las tardes de la plaza rosadas de romance.
La simbiosis de tiempo y espacio enmarcan la completud de nuestra existencias incrustadas en otro tiempo inaugural de niñez y adolescencia tolosanas.
Francisca J. Valenzuela

Estación Tolosa Sud
Me paré en tus oxidados escalones Con los ojos clavados en las vías Las mismas que me alejan y me acercan Golpeándome, sin piedad, con sus durmientes Para que todos los recuerdos se despierten.
Cerré los ojos y los abrí rápidamente Frente a mi se encontraban tus galpones Más allá tus trenes y vagones Que cansados de rodar, ya sin asientos Han quedado recostados En los verdes pastizales para siempre
Y giré mi cabeza bruscamente Y me pareció ver intacta La Escuela de Cadetes Que a tu vera policías adiestraba Y poniéndome en punta de pié Hasta mi escuela 31 divisaba.
La campana lejana del tranvía Hace que mire de repente hacia otro lado Y te veo: Marta Kosta, Redaelli y el "colo"Albano Y a Roasio a Massino e Irigoyen, Jorge Huergo, Los Cirones y cuantos otros que sus nombres no recuerdo.

Estación Tolosa Sud son tus ladrillos Cada día que ha pasado de mi vida Y tus vías son mis hijos que se expanden Insolentes por la vida, Ignorantes de tanta felicidad vivida.
Estación de Tolosa para siempre Estación de Tolosa no me dejes Que no me impidan seguir viendo tu puente Que me lleva, que me trae y me devuelve A mi niñez y floreciente adolescencia.
Estación de Tolosa deja que pasen Los trenes de carga y pasajeros Y dale un empujón a la zorrita Para que saque de paseo a mis recuerdos.
Cristina Alfano

El ferrocarril
Apenas resuelta la ubicación de la nueva Capital de la Provincia de Buenos Aires, el gobierno considero necesario unirlas a la que pasaba a ser la capital federal mediante una línea férrea, y recurrió para ello al procedimiento mas práctico y de mas rápida solución: extenderlos rieles del ferrocarril “ Boca y Ensenada”, inaugurado en diciembre de 1872, desde la Ensenada a nuestro pueblo, que lindaba con la nueva ciudad a levantarse.
La construcción de la línea “Ensenada-Tolosa” se realizó con tal celeridad que pudo ser habilitada el 11 de octubre de 1882, o sea un mes ante de la piedra fundamental.
Esta vía es la que llegaba a Tolosa desde Ensenada por la calle 527 y se utilizó para el transporte solo durante algunos años. Como esta línea atravesaba el bañado, no llenaba todas las condiciones deseables, ordenándose entonces la construcción del Empalme Pereyra, que, a la vez de ofrecer mayores ventajas, acortaban la distancia a la capital Federal, pues suprimía el paso por Punta Lara.
Fue Inaugurada el 1º de diciembre de 1883. Esta vía se extendió desde Ringuelet a la estación Pereyra, donde empalmaban con la existente vía “Ensenada-- Boca” y la posterior construcción de la línea al Dock y Río Santiago, que fue terminada en Septiembre de 1889, (después de esa fecha, el ramal “Tolosa-Ensenada” continuo utilizandose principalmente para el transporte de carga, hasta hace algunos años (década del 60) en que por motivo de la enorme afluencia de personas a Punta Lara en la temporada veraniega, corrieron algunos trenes especiales de pasajeros, hasta fines de la década, en que permaneció inactivo y en total abandono.
En 1995 repararon las vías y se la utiliza para el transporte de carga pesada de acero desde San Nicolas-Tolosa- Planta Siderar.
Casi en seguida, como complemento obligatorio, se extendió una línea sistema Decauville, con tracción a vapor, desde Tolosa hasta la plaza principal (hoy Plaza moreno) para el servicio ordinario de pasajeros y encomiendas, la que fue reemplazada poco meses después el 1º de septiembre de 188. Esta vía férrea que partiendo de la Estación Tolosa llamada entonces “ La Plata”, llegaba a la estación central denominada “19 de Noviembre” ubicada en el hoy “Pasaje Dardo Rocha”, con una extensión de 3,600 kilómetros.
Esta antigua denominación de las estaciones “La Plata” a la de “Tolosa” y “19 de noviembre” a la ciudad, fue modificada en octubre de 1884a causa de las frecuentes confuciones a la que se prestaba, designándoselas desde entonces por sus nombres actuales. La estación central, fue trasladada algunos años mas tarde, a la ubicación que hoy tiene, e inaugurada el 1º de octubre de 1906.
Mientras tanto, el gobierno, siguiendo la política ferroviaria para vincular la nueva Capital con las mas importantes ciudades y zonas de la Provincia, extendió varios ramales, tales como “Tolosa..Ferrari” (hoy coronel Brandsen), librado al publico el 1º de julio de 1883 y que empalmaba allí con la línea principal del ferrocarril del Sud; la de “La Plata..Haedo”, que pasaba por Villa Elisa, Mármol y Temperley, habilitada el 1º de agosto de 1886; y finalmente la línea de Tolosa a Magdalena, con un desvío hasta Atalaya, inaugurada el 15 de mayo de 1887.
Talleres
Paralelamente con la instalación de esta verdadera red ferroviaria, se comenzaron a construir, a mediado de febrero de 1885, los talleres del Ferrocarril, bajo la dirección del ingeniero argentino Don Otto Krausen, que fue, a su vez el proyectista a quien se le había encomendado la confección de los mismos, y la ejecución de todas las superestructuras metálicas, motores, maquinas y útiles.
Para la mejor ejecución de las obras, realizo un viaje a Europa, en diciembre del año anterior, comisionado por el Directorio, para completar el estudio con la visitas a los establecimientos similares mas importantes y poder fijar la mas adecuada y modernas condiciones a los talleres proyectados.
Estos talleres de Tolosa destinado a la al armado y grandes reparaciones requeridas por el servicio, fueron considerados entonces como los mas importantes de la empresa, alcanzando, a su terminación, una superficie de 22.592,85 m2 . cubiertos, lo que permitía llegar a tener de manera cómoda y resguardada hasta 24 locomotoras y 90 coches de pasajeros o carga, en reparación. Los diferentes cuerpos del edificio que lo componían eran accesibles por medio de vías férreas, plataformas giratorias y cangrejos, todos articulados,
por una comunicación general a las vías principales, que atravesaban la estación Tolosa; arrojando sus vías un desarrollo total de 3.500 metros destinados exclusivamente a su servicio. El presupuesto de esta obra era de 673.077 pesos nacionales oro sellado.
Fueron inaugurados oficialmente en agosto de 1887 y durante su construcción llegaron a ocuparse 3.500 obreros, en su mayor parte emigrantes, que alojaban en casillas-galpones u otro alojamiento precario, muchos de ellos con sus familiares.
Una numerosa colonia belga, que ocupaba varios oficios, vino a terminar la construcción de los talleres y el montaje de la gran maquinaria respectiva
muchos de ellos fueron a engrosar después el personal de los mismos al transferirse los talleres, el 15 de enero de 1905 a Liniers, día en que salió para esa localidad la ultima cuadrilla de personal que el F.C. Oeste tenia en ellos.
Desde esa fecha en que fueron entregados al ferrocarril sud, permanecen inactivos, a la manera de protesta permanente contra la compañía que los mantiene en ese estado lamentable de abandono, para perjuicio de ella y la población que lo rodea.

Primeros progresos comerciales
Los modestisimos locales, y las características instalaciones que poseían los comercios de Tolosa antigua, solo serán recordados por los mas antiguos pobladores de este pueblo, y reconocidos por habitantes actuales por la semblanza que de ello hayan echo sus abuelos. algunos tenían la edad del pueblo y otros fueron surgiendo con los años, sobre todo cuando se tuvo la certeza de la fundación tan cercana de la capital de la Provincia, la Ciudad de La Plata.
De todo ello podemos citar, por su importancia, la del señor Gervacio Campoamor, de ramos generales y acopio de frutos, con casa de dos plantas sita en la calle 531 y 1.
El almacén de Serafin Raffeto, en 1 y 35 antigua; la panadería de Fachán y Barregué, en 1 entre 35 y 36; la fonda de Hermógenes Echevarria en 1 y 36; el hotel de Miguel Gamboa, en 33 e/ 115 y 116; la cancha de pelota de Benito Otamendi, en 33 y 117 antigua; la talabartería de José Brusa, cuyo edificio esta aun en pié en 1 34 y 35; el almacén de Fernando Miche en 1 y 530, esquina que ocupo con nuevas instalaciones el Banco Crédito Provincial y actualmente casa de sepelios.
Además existía una “botica” fundada en 1875, propiedad de Mateo de la Piedra, en 1 e/ 35 y 36, y que después fuera trasladada a 2 y 35; junto a ella estaba instalado el médico Dr. Méndez.
El primer Hotel: fue fundado el 5 de agosto de 1882 en 1 y 528, en el lugar donde existen algunas casuarinas, siendo su propietario el señor Miguel ,Bruni, de nacionalidad francesa.
Fue albergue de gobernantes y hombres de negocios que frecuentaron estos parajes con motivo de la fundación de La Plata. Haciendo recorrido de Tolosa a la nueva capital en un tren decauville, que ya hemos mencionado.
Este hotel, que reunía todas las comodidades, se trasladó, el 3 de marzo de 1883, al lugar que ocupo el Cine Bar Colón, y a posteriori, la sucursal Bignoli, en Diag. 80 e/ 49 y 50, ocupando un lugar de 45 Metros de fondo.
La Primera Pulperia: En la manzana 30, circunscripta por las calles 1, 115, 529 y 530, en el terreno comprado por el señor Pedro Hegoburu en febrero de 1872, funciono una pulpería, que fue lugar de descanso de los troperos y arrieros que pasaban por esos lugares camino a La Ensenada, Magdalena etc.

Las graserías mataderos y saladeros
Unas de las consecuencias derivada de la terrible epidemia de cólera en Buenos Aires fue la erradicación de los saladeros y graserias ubicados sobre el Riachuelo y otras costas cercanas a Buenos Aires. Estos fueron obligados a cerrar y trasladarse a otras lugares alejados, por considerarse que encerraban un enorme y permanente riesgo de contaminación por sus desagües, y el Riachuelo, un foco peligroso... La ley 722 de 1871, que se refiere a la ubicación de saladeros y graserias y que fuera promulgada el 6 de septiembre de ese mismo año, los obliga a su alejamiento, y ésta fue la causa por la que Antonio Cambaceres y don Juan Berisso instalan sus saladeros en La Ensenada y en la actual ciudad de Berisso.
El primer matadero y graseria que se instalo en Tolosa fue el del señor Federico Suáres, el 29 de abril de 1896; duro poco porque el numero de animales que faenaba era escaso, y no había mercado que aseguraba la salida de productos elaborados. Estaba situado este matadero en 5 y 522; tenia grandes galpones y corrales y elementos indispensables para la buena marcha de la industria.
Lindando con dicho galpones estaba la casa Habitación y dependencia para la administración, con una superficie de 86 m2Una cuadra mas allá, en 5 y 523, don Luis Monzoni estableció otro matadero de hacienda menor. Ocupaba, entre galpón para matadero, corral para vacunos y otros para ovejas, unos 168 m2.
Los productos se dedicaban al consumo local, y debido a esto (la población era escasa) fue declinando la pequeña industria, aunque fue una de las que mas tiempo duró, pues era la que tenia mayor demanda.
El 23 de febrero de 1900, el señor Domingo Aguerre estableció otro matadero lanar en 116 entre 528 y 529, que también debió abandonar por los mismos motivos antes expuestos, ocupando sus galpones, mas tarde, la Curtiembre del señor De Batista.
Otra graseria, con fabrica de velas y jabón, de propiedad de Florentino López Jarim, se estableció el 5 de septiembre de 1898 en la calle 32 y 119; lugar que luego ocupo el Centro asturiano y algunos stud.La fabrica poseía cuatro grandes techos para la elaboración de jabón y las necesarias para la elaboración de velas.
Un incendio arraso con todo, y ese desastre, unido a una gran tempestad que derribó lo que quedaba de los galpones, hicieron desaparecer toda las instalaciones.
El Cementerio
El Cementerio fue mandado construir por la municipalidad de la Ensenada en un sobrante de la propiedad publica, que se había declarado que formaba parte del ejido, “en tanto fuera pertenencia del estado” , de acuerdo a la autorización que, a su pedido, le otorgo el gobierno provincial en el año 1872.
Los trabajos concerniente a su construcción se prolongaron hasta 1874, en que, con fecha 18 de enero, la comisión encargada de vigilar estas tareas informó al Presidente de esta Municipalidad, Don Tomas García, de la inminencia de su terminación. Este cementerio sirvió de sustituto, desde el mismo año, al que estaba situado a pocas cuadras de la “Plaza de la Merced”, hoy Plaza Belgrano, de la Ensenada, y que al mismo eran conducidos, según Cestino (de cuya obra: Apuntes para la Historia de la Ensenada tomamos estas referencias), por lo general en carros o coches, los fallecidos, desde la Ensenada así como se lo hiciera antes desde Tolosa hasta aquella.
Se hallaba ubicado a casi tres cuadras al norte de la calle circunvalación de la antigua traza de nuestro pueblo; y su portón de acceso en la calle 119, un poco mas adelante de la calle 525, yendo hacia la 524 actuales.
Fue utilizado hasta 1886, en que, por motivo de la habilitación del cementerio de La Plata, se le clausuro, aunque persistieron en él unas pocas bóvedas cerradas, con sus cadáveres y adornos de mostacilla adentro; y algunos nichos y sepulturas intactas. Así se mantuvo hasta mucho mas acá de 1902, año en que la municipalidad de La Plata dispuso el traslado de los restos no reclamados aun por nadie, al nuevo cementerio de la ciudad, dejando que la acción del tiempo y el abandono completaran la obra de su destrucción.
A él se llegaba por una calle, la 118 actual, a la que el vecindario dio en llamar entonces con un nombre apropiado “Calle de la Amargura” , ya que era por ella que iban los dolientes, en triste cortejo, tras el ser querido, rumbo al cementerio.
Hasta no hace muchos años, como reemplazando la chapa indicadora, podía leerse en el muro de una antigua casa de comercio que todavía existe, escrito con tanta justeza: “Calle de la Amargura” y el barrio en que aquella atravesaba era denominado por igual motivo “El de la Amargura”.
Hacia 1902, al ser trasladados al osario del Cementerio de La Plata los restos no reclamados del de Tolosa, Fue hallado en uno de los cajones un cuerpo que parecía momificado; pese a lo cual, sin dar a ello mayor importancia, se lo llevo con los otros y quedo abandonado en su nuevo deposito.
Un día, cuenta Manacorda, el 19 de marzo de 1908, el administrador de Cementerio, José P. Peralta, haciendo revisar el osario, encontró una caja que por su conservación, despertó su curiosidad, y al destaparla, comprobó asombrado que, “contenía una momia de un cuerpo entero y mascara intactas, de ojos semicerrados, con su dentadura superior al descubierto en una mueca risueña; atada con cabeza con un pañuelo cuyas puntas fingianle la mariposa de una corbata de moño, la cabellera larga y descolorida, las ropas interiores y exteriores en perfecto estado".
Parecía una persona muy joven, de 18 a 20 años, de pequeña estatura. Sobrecogido por la emoción, Peralta dio aviso a las autoridades municipales y el 21 de marzo, el periódico “Buenos Aires” anuncio el hallazgo, diciendo: “Este cuerpo ha estado en uno de los nichos que existían en el Cementerio de Tolosa y la fecha de inhumación data de unos 20 años por lo menos. Las condiciones en que se halla son tan raras como curiosas. Observándole bien, es exactamente idéntico a un Cristo con sus carnes disecadas y totalmente entero”.
La materia armo tal revuelo, y la población inició una verdadera romería por las calles que conducían al Cementerio. Veinte días duro el macabro espectáculo de la exposición, y sin haberse llegado a identificarlo, fue restituido a su caja y depositarlo en un nicho de modo provisional.
Este hecho de resonancia, si bien ocurrió en el cementerio de La Plata, hizo que nuestro pueblo tuviera su hora de celebridad, aunque ya hubiera como tal. Su nombre estuvo muchos días en labios de toda la ciudad, ligado al suceso. La gente no hablaba de otra cosa que de “La momia del Cementerio de Tolosa”. Tanto se hablo de ella, que hubo cronistas que dieron el llamarlo el “El Muerto Popular”.
Años mas tarde, a raíz de una semblanza escrita por Juan Cruz Ocampo, en el suplemento de La Razón, del 25 de noviembre de 1923, fue revelado el secreto de la identidad de la momia, ratificada poco después por el reconocimiento que de ella hiciera su amigo intimo Antonio Lamberti y algunos familiares.
Se trataba del cadáver de Matías Behety, el bohemio poeta talentoso, que había figurado brillantemente por su inteligencia destacada, en las aula universitaria, en la prensa y en el foro, al lado de hombres tan ilustres como Quintana, Goyena y Del Valle, entre otros; pero que se había aniquilado prematuramente a causa del abuso del alcohol, por la tuberculosis y el abandono en que vivía.
Se han ocupado repetidas veces muchos escritores de valía, en libros, artículos y crónicas periodísticas; Ismael Dozo en su conferencia “La Vida Atormentada de Matías Behety”; Telmo Manaconda en la muy documentada e interesante obra sobre su vida; y el que de él hizo el personaje central; Joaquin Castellanos, en El Temilento”, y Miguel Cane lo recuerda emocionadamente el su conocida novela “Juvenilla”.
Vino a nuestra ciudad, invitado por Francisco Uzal, a colaborar en el periódico “La Plata”, cuyo primer numero apareció el 1º de septiembre de 1994, en un último intento de recuperación. Pero, vencido definitivamente, cae pronto en el mas profundo de los desalientos y vuelve a trasnochar y a frecuentar tabernas.
Un anochecer de agosto le asalto una bocanada de sangre, y pocos días después, sus amigos lo llevaron casi inconsciente al Hospital de Melchor romero, donde falleció el 24 de agosto de 1885. Dos días después, en cortejo presidido por cura de San Ponciano, Monseñor Benjamin Carranza, y sus amigos, entre los mas íntimos de los cuales figurar Antonio Lamberti y Leandro N, Alem, le siguieron hasta el cementerio de Tolosa, en el que fue sepultado.
Algún tiempo después, un día en que sus camaradas decidieron llevar unas flores a la tumba del bohemio, no pudieron encontrar en todo el Camposanto la cruz señaladora.
Fue entonces que Antonio Lamberti, en su aflicción por esa pérdida, pronunció estas palabras:
¡ Hasta las cruces que levanta el pobre
son las primeras que se lleva el viento !
Y ya no se supo mas nada del cadáver de Matías Behety.El hallazgo de la momia, lo devolvió a sus deudos.
Las quintas
Aparte de las quintas familiares, dos habia que daban por su importancia, caracteres comerciales, en cierto modo, a toda la zona.
La Quinta Grande: como se la conocia, ocupaba desde la calle 522 a 526 y de 116 a 118. Eran terrenos arrendados al señor Puleston, primero por CarlosBlas y Hno. que abastecía al negocio al por mayor y menor del señor Vicente de Gaetano, quien la compró en 1909 o 1910.
Las verduras se comercializaban en el mercado “Buenos Aires” llamado luego de “Abasto de La Plata”,(que fuera demolido a principio de la década del 70) y en el mercado de Abasto de Buenos Aires. Estas ultimas eran cargadas en la estación de trenes de Tolosa y enviadas en vagones a La capital.
El numero de peones que trabajaban en ese tiempo era de 30 a 4, según la época, y se les pagaba mensualmente. La parte de la quinta que estaba en que estaba la casa , 116 y 117, la dedicaban al cultivo de verduras finas, en especial apio blanco, que era de gran tamaño y de buena calidad.
Tenía además una zanja para el berro, que partía desde el molino. instalado especialmente para este fin. También contaba la quinta con una noria para el riego, movida por mulas y yeguarizos.
La parte de atrás, que se entendía desde las calles 522 a 524, se dedicaba al cultivo de verduras gruesas: zapallos, coliflores, repollos, alcauciles, maíz, alfalfa, etc. .Esta estaba dividida de la parte anterior por la calle 524.
Entre los años 1935 al 36, fue vendida a un señor de la Capital Federal, y luego fue loteada.
La Quinta Chica: de propiedad del señor Bava, ocupaba la manzana de 526, 527 de 116 a 117.
La caldera de La Plata: de Schiardi y Cía. frente al cementerio, trabajo durante varios años, y a fin de siglo fue adquirido el terreno en que ella funcionaba ( 526 a 524 de 119 a 120) por el Dr. Romulo Naón, que fuera Embajador argentino en los Estados Unidos. Este hizo construir una casaqinta de gran amplitud, con parque-jardin cuidadosamente trazada y la otra porción para quinta.
En 1902, la adquirió don Juan Dillon, quien la cedió poco después al señor Serviliano Laborde, el que a su vez la adquirió posteriormente, viviendo en ella con su familia, desde 1904 1928.
Algunos años después, fue loteada y vendida en publico remate.
Banco de la Provincia
El 5 de junio de 1883 instalóse el Banco de la Provincia de Buenos Aires,contribuyendo grandemente al progreso comercial de la futura capital, La Plata. Era el momento en que el comercio local mas necesitaba de instituciones de esta índole, y que le permitía hacer uso del crédito para salir del estancamiento en que vivía, y facilitar negocios y las relaciones comerciales con Buenos Aires, de cuya plaza dependía por completo.
El ambiente como consecuencia de las primeras influencia del crédito, fue perdiendo su pesadez, su inercia e hizo revivir las adormecidas energías, que pronto comenzaron a expandirse por el campo preparando la transformación que en pocos años había de modificar fundamentalmente las condiciones de vida, desde el punto de vista económico primero y social después.
Ejerció la presidencia el señor Luis Asnagui y el Directorio lo componían los señores Nicolas Huergo, Teodoro Granel y Domingo Parodi.
Los primeros períodicos
Otro Hecho, aunque no de carácter puramente local, pero de gran significación para el que se pone a seguir la evolución de un pueblo, es el que tiene lugar en 1882, cuando vio la luz pública en ésta, el primer diario, que se llamaba “El ferrocarril”. Fue la primera publicación periodística y testimonio demostrativo de que al incremento de las actividades materiales, seguía el del espíritu, modesto, todo lo que se quiera, pero no menos real, afectivo e inspirado por sus sanos ideales de bien colectivo.
“El Ferrocarril” aparecía semanalmente, y luego lo hizo a diario. Su director era el señor Julio Oría. se imprimía en Buenos Aires, en una prensa de madera, y el tiraje alcanzaba, al principio, a 500 ejemplares.
Al poco tiempo de su aparición, cambio su anticuada prensa por una maquina, demostrando, con este hecho, que progresaba y se difundía.
Esto indicaba, también que había ambiente propicio para la obra de la cultura que la prensa realiza en todos los medios donde se hace sentir su influencia.
En el año 1913, se fundaron en nuestra localidad dos nuevos periódicos: uno de ellos se titulaba “El defensor de Tolosa”, cuyo director era el señor Ramón Y. Lozano, que poseía sobradas condiciones de periodista.
Hizo también su aparición en 1914 el periódico titulado “La semana”, dirigido por el señor Miguel J. Mazza y la señorita Clara Ruiz. El periódico se mantuvo breve tiempo, y cerro por dificultades económicas.

"Las mil casas"
La febril actividad comercial y la cantidad de obreros que trabajaban en la zona, principalmente en los talleres del ferrocarril y molino “La Julia”, influyeron seguramente en la decisión de Emma de la Barra de Llanos de edificar en terrenos adquiridos al gobierno por su primer esposo, un barrio destinado para viviendas de empleados y ubicado frente a los talleres, entre las calles 522 y 524, y de 3 a 4, cuyas casas, era presumible pensarlo así, tendrían, apenas terminadas, numerosas personas que se diputarían su locación.
Comprendía dos manzanas, cada una de las cuales se dividía en tres sectores paralelos, por dos callejones o pasajes interiores que se extendían de calle 3 a 4. Cada sector, a su vez, estaba ocupado por casas bajas de tres habitaciones y dependencia, cuyo frente tenia salida directa a una de las calles principales o exteriores, o a uno de los callejones o pasajes internos mencionados.
En cada esquina se levantaban casas de dos plantas y sótano, reservadas para comercios y alojamiento o vivienda permanente; en el centro de cada una de las manzanas, bordeada por los dos pasajes interiores, una superficie considerable de terreno, en la que su propietaria hizo construir por su cuenta, en la manzana que va de 522 a 523, una escuela elemental, y frente a ella un teatro; y en la otra manzana o sea la que limita las calles 523 y 524, una capilla.
Como se ve un amplio proyecto, elaborado sin duda con fines económicos lucrativos, frente a las circunstancia que ofrecía perspectivas aparentementeciertas de una buena inversión, fundada en el apreciable crecimiento de población y en la actividad comercial de la zona; pero que poseía, además,indiscutiblemente, un claro y hondo contenido de carácter social y de solidaridad humana, que revela en su autora o autores, una exquisita sensibilidad para la captación de los problemas y necesidades que suelen afectar a los sectores considerablemente, débiles o desamparados.
Y en ese proyecto, obra de un particular y no de un gobierno, no solo se contempla y procura solucionar en parte el problema cada día mas agudizado de la escasez de vivienda adecuada para los obreros y empleados modesto de la zona, ostensible en locación a precios accesibles y razonables, sino que también se perseguía y buscaba junto al bienestar económico, el desarrollo de las condiciones espirituales y morales de cada uno de los pobladores, mediante la instalación y funcionamiento precisamente en el centro de las dos manzanas, como si su ubicación hubiera sido intencionada, de unja capilla, una escuela, una biblioteca publica proyectada y un teatro.
El idealismo de sus sueños lo quiso convertir en realidad y a la vida, tan despiadada a veces con los que se evaden de su suelo para visitar las nubes, les jugó su mala pasada.
El gobierno provincial, de acuerdo a la “Ley de enajenación de los ferrocarriles”, propiciada y decretada luego de la sanción por el entonces gobernador Don Máximo Paz, vendió a la empresa Ferrocarril del Oeste, por contrato firmado el 30 de junio de 1890, las mas importantes vías férreas que llegaban a La Plata, conjuntamente con los talleres; contrato que posteriormente el ferrocarril del Oeste transfirió con fecha 11 de octubre de 1902, al Ferrocarril de Sud (hoy general Roca), que continuo con la explotación de sus líneas.
Poco después, los talleres fueron trasladados a Liniers, lo que determino la casi total paralización de las tareas que en ello se desarrollaban, y el éxodo considerable de obreros y empleados que se ausentaron, casi todos con sus familiares, obligados a ello por la pérdida de sus trabajos o el cambio de ubicación de las tareas.
Esto como se comprende, resulto nefasto para el dueño y para el propio barrio, que con tantas ilusiones y esperanzas en él depositado, se venia construyendo. La vida le puso circunstancias adversas y lo que parecía una promisoria empresa financiera se convirtió de pronto en un verdadero desastre económico, con la consiguiente quiebra de los bienes materiales y el fracaso y derrumbe de uno de los sueños, acunados con el mayor cariño por sus promotores.
La construcción del barrio de “Las Mil Casa”, como se lo había denominado, y se lo siguió llamando hasta que no hace muchos años una Ordenanza Municipal le cambio su nombre por el de “Villa Rivera”, quedo interrumpida y aquellas casas que no habían sido terminadas y ocupadas por los inquilinos o sus nuevos dueños, quedaron abandonadas, semiconstruidas, carente de techos , puertas y ventanas que las protegieran, se convirtieron muy pronto en morada o refugio de desocupados y de indigentes, cuando no de gente de vivir dudoso.

La primera linea de tranvías
En Julio de 1884 se presenta al gobierno el señor Manuel Jiménez, proponiendo la construcción de una línea de tranvías que, partiendo del Arroyo Doña flora, y tomando el Camino Blanco, llegara hasta el centro de la Capital, tocando la estación Tolosa.
habiéndose aprobado el proyecto de recorrido de la primera línea de tranvías y construida con celeridad, se nombro gerente al señor Carlos Thinoby, de la Compañía de Tranvías La Plata - Ensenada.
El recorrido era el siguiente: Calle 65 de 6 a7, por ésta a Plaza Italia y diag. 74 de 7 a 2; por ésta a 528 y 1, por ésta a Diag. 74, seguía hasta 4 y por ésta a 44, hasta 7 de allí a 50, luego a 6 por ésta a 65, estación terminal. regresaba por las mismas calles, no concretándose el primitivo proyecto de llegar hasta el arroyo Doña Flora.
La estación estaba ubicada en calle 7 ente 64 y 65 en los terrenos que ocuparon luego el corralón Artola y Boy Scout Don Bosco. Al lado estaba la herrería donde se herraban los caballos utilizado el los tranvías, junto a la casa de comercio del señor Víctor Emilio Miche, descendiente de los fundadores de Tolosa.
Fueron figuras características de aquellos días, los servidores de la empresa llamados : el gran cornetista “Ribot el Jorobado”, como amigablemente se le llamaba; “El Negro Faustino”, que ejecutaba tangos con su corneta (entre otros: El Choclo, El Incendio, etc.). también era una figura conocida el guarda “Angelo”, un anciano que siempre llevaba un buen numero de chicos “colados”; el “Gran Látigo” Arias, que vivía en la calle 528 y 123. etc.
Pero todo este pintoresquismo termino con la electrificación de los tranvías, que tubo lugar el día 4 de marzo de 1910, inaugurándose también la nueva estación terminal en la calle 4 entre 41 y 42 , desapareciendo la antigua de la calle 7 y 65.

Molino “LA JULIA”
Como se comprende, este aumento inusitado de la población, coincidente con el torbellino de trabajo y el crecimiento vertiginoso de la nueva Capital, que a su vera se venia levantando día a día, prodigiosamente, como si fuera por obra de milagro, determino en la zona un extraordinario movimiento comercial, y la simultánea o sucesiva instalación de nuevas casas de comercio de índole diversa, tales como : talleres, fabricas, hornos de ladrillos, corralones, tiendas, almacenes de ramos generales, etcétera.
Aquí, en nuestro pueblo, junto al notable crecimiento de los negocios existentes y a la incorporación de otros nuevos, queremos destacar el establecimiento de uno, de real jerarquía e importancia, no tan solo por el valor de sus instalaciones, el volumen de su producción, el numero de sus empleados y obreros, o el considerable monto de las cifras monetarias que la comercialización de sus productos le producían, sino porque tenia algo de esas cosas con que la gente se encariña y de las cuales los pueblos, mas aun si son modestos como el nuestro, se enorgullecen de poseer.
Unas de esas cosas que, sin que podamos precisar por qué se trataba aparentemente de un establecimiento industrial importante, y nada mas, se fue metiendo, despaciosamente, en la tradición tolosana y ganando el derecho de este modesto homenaje de un apunte para su recuerdo.
Me refiero al Molino “La Julia”, hoy completamente desaparecido, pero cuya memoria se mantienen aun fresca para los vecinos antiguos de la localidad, que lo conocimos cuando niños en todo su apogeo y lo mismo mas tarde, en nuestra juventud, languideciendo, para apagarse definitivamente, con la ultima llamarada del incendio que lo consumió en 1919.
Fue fundado el 6 de octubre de 1886 por los señores Pedro Nocetti, José Benito y Juan Rivera. Su alta chimenea tenia en uno de sus costados, con grandes números, la fecha de creación. La fabrica ocupaba, en todo su perímetro, la manzana que cierra las calles 4. 5. 526 y 527 . Las paredes de ladrillos que la circundaban, tanto sobre la calle 4 como sobre calle 527 actual,
avanzaban sobre la calzada, hasta reducir a la mitad el ancho natural de la misma. Por la calle 527 entraban las vías de hierro, extendida por cuenta de sus propietarios, hasta la estación de ferrocarril, y por las cuales una “zorra” transportaba hasta allá los productos de la fabrica.
Se trataba de un molino harinero y fabrica de galletitas, que llevaban el mismo nombre del establecimiento en que se producían: “La Julia”.
Llegaron éstas a tener tanta aceptación y popularidad, que bien pudo decirse que no hubo en ese entonces almacén o establecimiento que comercializaran se tipo de mercadería, tanto en la campaña como en las ciudades, que no la poseyeran.
El molino que, como dijimos antes, cesó en sus actividades en el año 1919, cuando fuera casi consumido por un incendio, fue vendido en pública subasta, el 20 de julio de 1941, para su demolición, y adquirido por la firma Campodónico Hnos. y Cía quienes posteriormente lo demolieron, vendiendo el terreno en forma fragmentada.

Los primeros avisadores en el diario “El Día”
Talabartería “La Plata”, al lado del almacén de “La buena Medida”Botica, de José Mateo de la Piedra.
Carpintería Francesa, de Sorrazin y Augier, calle 1 a una cuadra de la estación “Tolosa”.El Herrador Republicano ,de José Minadeo.
Panadería “La Nueva Plata” en Tolosa, de Miguel Iglesias.
Restaurante de Génova.
Botica y Droguería del Indio, del Dr. Girgois.
Cajonería y gran taller de carpintería, de Miguel Soramain, fundada en 1873.
La Cantina de Juan Bautista Bertoldi. en Tolosa.
Talabartería “Del Buen Gusto”, de José Brusa.
Zapatería y Panadería, de Juan Barragué, en Tolosa.
Almacén y Ferretería, de Gregorio Campoamor.

El alumbrado
Los tolosanos tuvieron que sostener una ardua lucha para conseguir traer a Tolosa los métodos modernos de alumbrado, pero fue deficiente el servicio que prestaron al comienzo de su instalación. De cualquier manera, eran muy otros que aquellos faroles de mano que necesariamente debían llevar consigo los vecinos que quisieran salir de noche.
El primer ensayo de alumbrado público se hizo, según el periódico “El Pueblo”, en el año 1874.
Se solicitó a la Municipalidad de Buenos Aires que los faroles que fueran retirados de servicio se donaran al pueblo de Tolosa para su utilización.
Los primeros fueron alimentados a aceite, luego con querosene; ya podemos imaginarnos la escasisima luz que proyectarían sobre las calles, donde abundaban los baldíos y las fachadas de barro sin revocar. Fue por eso y para ayudar al alumbrado público, que los comerciantes, después de 1882, estaban obligados a poner faroles al frente de sus negocios, debiendo pagar, en caso de contravención, una multa de 10 pesos por noche.
El servicio de policía
Según notas extraídas de la Nación y de la Provincia, el servicio policíaco se estableció en Ensenada y luego en Tolosa en el año 1874.
Se le llamo al comisario “Encargado de Policía” y se dicto un reglamento, sumamente interesante, que reproduce el periódico “El Pueblo” en sus ejemplares Nº 42, 43, 44 y que a continuación reproducimos con sus errores de ortografía y redacción, con todo el sabor de la época:
“ Siendo la policía el sostén de la tranquilidad pública, la garantía de la seguridad del ciudadano y de la fortuna de estos, para ser empleados como vigilantes de ellas, es necesario que los individuos tengan las cualidades siguientes: que sean personas honradas, sin vicios, avecindados y con algo que perder; que tengan alguna manera para tratar con respeto al ciudadano y que sepa ser comedido con todos ellos, sin estas cualidades no puede “haver” una verdadera confianza, ni adquirir respeto que su empleo requiere”

----------------------Orden Policial
1º) La partida se dividirá en dos, teniendo cada una un cabo como comandante.
2º) Cada uno hará el servicio por seis “oras” y estará franca la otra por otras seis.
3º) La que esta de servicio, la mitad rondara por tres “oras” y la otra mitad estará firme en el cuartel.
4º) La que esta en servicio, dará un “Centinela” al Juez de Paz, para que transmita los avisos u orden que éste diere.
5º) La partida que ande recorriendo no podrá pararse en pulpería alguna, no tomara parte en los juegos públicos, pues solo esta incumbida de conservar el orden y vigilar los mal entendidos y dar cumplimiento a las ordenes que hubiese recibido y “distrallendose” con juegos y bailes en los que tampoco debe tomar parte; si esta de servicio, no podrá dar verdadero cumplimiento.
6º) Se les prevendrá, serán severamente castigados, al que se supiese deba aviso de alguna medida del juzgado y que esta sirviese para la evasión de algún individuo que deva aprenderse.
7º) Las armas que les da el gobierno son para el sostén de las leyes y “aser” respetar al ciudadano y solo en un caso extremo “ara” uso de ella en contra de estos, procurando siempre ser “ovedecido” por medio de la persuasión, mas si esto no fuera bastante, entonces se “ara” respetar con ella.
8º) Siendo el sargento el Comandante de toda la partida, este permanecerá siempre franco, con el “dever” de vigilar el cuartel, las patrullas, recoger los partes, transmitirlas al Juez, hacer las predicciones en persona, para que sea el único responsable del secreto. 9º) El individuo que falte al servicio, será recargado con igual tiempo de servicio y los días que falto les serán descontado del sueldo y entregado a la caja municipal.
10º) El individuo que quisiera salir de la partida lo avisara un mes antes para su repuesto y dado de “vaja” con igual fecha.
11º) Todas las faltas que cometiesen estando desempeñando este servicio, de embriaguez, robo, pendencias, falta de puntualidad al servicio, debe ser doblemente castigada.
12º) No pagando el gobierno estos “yndividuos” para emplearse en servicio propio o “ageno”, en caso de concederles alguna pequeña licencia, no gozará del sueldo y el que descontado pasara a la Caja Municipal y no se le podrá conceder por mas de dos o tres días por... en servicio.
13º) El que “estuviese” de guardia en el cuartel no permitirá que ningún individuo salga, pues con ese número se cuenta para auxiliar los que andan de patrulla o si lo pidiera algún vecino.
14º) Desde el “Toque de Silencio” estará toda la partida en el cuartel, pues debiendo ser relevada a las doce de la noche, la que está de servicio debe dormir en él y a los casados se les concederá una que otra noche de licencia para dormir fuera, cuando no le toque entrar en servicio a esa “ora”.
15º) Todo robo que fuese descubierto por la policía, a los descubridores les dará la mitad de la multa que se impusiera si el robador tiene con que pagar y si no se contendrá con la gratitud del propietario y al lleno del deber.
16º) Para que nunca el servicio público sufra demora se tendrá dos caballos de servicio en el cuartel, por si fuera necesario perseguir en el momento un “indibiduo” o trasmitir “abisos” para atajar su salida.
17º) será encargada la partida que sabe fijarse mucho en las calles, casas de negocios y reuniones en alguna persona desconocida y si la hubiese le preguntara cuando ha llegado, con quien ha venido, “ si ha presentado y visto su contexto”, para conducirlo a la casa del Juez, quien resolverá en el momento.
18º) Se le “ara” responsable y serán severamente castigados, los que por parcialidad, flojera o descuido, no dieran auxilio al vecino que lo pida, no contengan el desorden que vieran y no conduzcan los promotores al Juez para conocer el culpable.
19º) La partida será paga todos los meses de la Caja de la Municipalidad; cuando venga su haber será embolsada en ésta.
20º) No “ciendo” criados los vigilantes para citar a los demandados y demandantes, al centinela se le abonara cuatro reales por personas que citase, los que pagara al que entablase la demanda y concluirá la cuestión, el que perdiese.
21º) Las multas que se echasen por denuncias que los vigilantes dieren de casa de juego, ventas de “vevidas” en el mostrador, compras de cueros robados u otra especie, se le adjudicara la mitad del “veneficio” a todos.
22º) Si el pueblo diese patrullas de noche hasta el día, en ese caso un soldado de policía acompañara a estas, para que mas informado de todas las ordenes, pueda “acer” presente al Comandante de ella alguna falta que notase y cuando se retire la “patruya”, dará cuenta del “proseder” de ésta al Juez de Paz o persona que él encargue.
23º) Los “yndividuos” de policía cargaran con un escudo que diga (Policía) o una “sinta” en el sombrero con el mismo rotulo.
Como vemos el patrullaje nocturno del pueblo se hacia también a cargo de los vecinos.
El sueldo del comisario era de $ 123 mensuales; el subcomisario 4 100; Los oficiales $ 50; sargento $ 37; y los vigilantes $ 30.
El primer comisario de Tolosa, de 1882 a 1884, fue el señor Vicente Bernard; de 1884 a 1886, el señor Miguel costa; de 1886 a 1890, el señor Florentino Campos. Quedo después correspondiendo a la sección segunda, que ocupaba el edificio de la calle 3 entre 43 y 44, siendo comisario el señor Ricardo Dubroca Neyra, hasta el año 1913, en que se creo la sección sexta, estando a cargo el comisario Pastor Elena.


El Rancho de Suárez "En la historia de nuestra ciudad hemos encontrado un verdadero testimonio del pasado.Ángel Custodio Suárez, fiel testigo de nuestros primeros años, nació en 1895, cuando las tierras incultas de Tolosa rodeaban el viejo rancho.
Su padre Emilio Suárez llego a La Plata en 1890 con su esposa, Luisa Bidondo. Eran los días de la fracasada revolución radical.Según lo contó su padre los revolucionarios entraron por la calle 13, llamada Camino Real, poblada de flores de aromo, marco propicio para que pacíficamente todos los que componían la masa radical de Irigoyen, fueran pasando uno a uno a integrar las filas conservadoras adictas a Mitre. Así fue como su padre se hizo”vacuno” nombre que se les daba en aquella época a los hacendados mitristas.
Si bien vivió de cerca nuestra historia nacional también compartió la progresiva evolución de nuestra ciudad.La escuela N° 89, primer centro educacional de Tolosa, fue la estancia de don Juan Rivera ministro de Hacienda de la época radical.
El mástil y la bandera de esta escuela, fueron regalados a sus hijas por el empeño y dedicación al estudio, cualidades heredadas de su padre. El primero sirvió como sostén principal del rancho que aún se conserva en 521, 5 y 6 como así también la bandera, roída por el tiempo pero querida por el recuerdo.
El antiguo nombre del Club Ferrocarril Sur fue cambiado por el de Villa Rivera, denominación que surgió en una noche larga vivida entre mates y cigarros en la cocina de su rancho, acompañado de sus amigos de siempre: Francisco y Maximiliano Merlo, Jacinto Croce y otros.
El primer diario cultural que edito el Club Villa Rivera fue “Horizonte” escrito por Modesto Tarquina.Suárez figura también como fundador del Club Dardo Rocha, junto con Antonio Aún y Nazareno Marchioni, su rancho a servido de marco a las manifestaciones religiosas de aquellos hombres, que reunidos bajo su techo, todos los 13 de enero ofrecían a Dios un modesto culto de alabanza.
Sus palabras han puesto luz a los años en que Tolosa no era sino campo; sólo un rancho, y las casas de los Moscia y Andreoli, quizá algún rancho más ..., nos dice.Pero la aldea fue creciendo, Emilio Servini, los Alsina, Carlos Sánchez Viamonte, etc., fueron conformando poco a poco la fisonomía del entonces en germen pueblo de Tolosa.
En 1888 se construyó las llamadas “las mil casas” antiguas propiedad de una viuda, que aún se conserva.Ángel Custodio Suárez fue creciendo poco a poco con la ciudad, compartiendo su evolución, su dinámica, su belleza, y hoy a los 78 años de edad contempla a Tolosa, desde el mismo rancho, pero pujante, tocada por la mano del progreso, prometedora de una gran futuro.Su vida nos brinda hoy el testimonio tangible de un pasado".

De no creer!: Una tarde estaba el Sr. Sianca sentado en una reposera tomando fresco bajo su parra, alla por el año 1981 en su casa de 528 entre 119 y 120 y de pronto sintió un fuerte ruido, se levanto confundido y vio algo redondo de color que todavía giraba en el suelo. De que se trataba?.
Se trataba de un casco de paracaidista: sabido es que a unas cuantas cuadras cerca de la laguna del aeroclub precisamente se encuentra la pista de aterrizaje de dicho club y los aviones ya en bajada toman aproximadamente por la calle 528 para iniciar su descenso. Sucedió que venían con la puerta abierta del pequeño aeroplano y al paracaidista se le cayó el casco y fue a dar sobre la parra del Sr. Sianca desprendiendo un pedazo de mampostería que sostenía la misma.
Algunos minutos más tarde tocan a la puerta y encontró un niño pidiendo el casco del paracaidista, quien no se había animado, por vergüenza a presentarse y reclamarlo.
Ingleses: Es muy grande la cantidad de descendientes de ingleses que hay en Tolosa, esto se debe a los ferrocarriles, no olvidemos que es un barrio netamente ferroviario.
"Los pinos": Recuerdo cuando era pibe, por los años 60, todos los sábados jugábamos al fútbol en un lugar llamado “los pinos” . En realidad, era un bosque de casuarinas donde al lado estaba el potrero. Se encontraba en el sector delimitado por la vía de 527 hasta la calle 526 y de 115 hasta 116. Ese bosque de árboles muy altos seguramente estaba desde los tiempos de Iraola que era muy afecto a plantarlos.
Estos fueron talados en la década del 70. Actualmente en ese sector hay un barrio. (R.G.A.)
Panaderia "La Ferroviaria": Por el año 1929 estaba en la calle 3 entre 523 y 524 una de las primeras y más antiguas de Tolosa.
Club Ferrocarril Sud: En los primeros años antes de 1928 la cancha de fútbol estaba dentro del ferrocarril o sea en los talleres sobre la calle 3 entre 27 y 28 (hoy 527 y 528), desde el año 1928 se le cambio el nombre por el actual Club Villa Rivera y la cancha estaba entre la calle 522 y 523 entre las de 2 y 3 frente a las "Mil Casas", Después la cancha se trasladaría a la calle 7 entre 520 y 521 ese año de 1929 llego el tranvía N° 6 asta 7 y 520.
Fabrica de Ladrillos: Fue don Julio Guillerat, al mismo tiempo que don Bautista Bertolli y don Julio Botet hacia construir en las inmediaciones del arroyo del Gato un fábrica de ladrillos para proveer de este material a las obras del Estado.

Notas de Pésame por el fallecimiento de Dardo Rocha:
Telegrama de la Comisión Popular Pro Cincuentenario de la fundación de Tolosa, 7 septiembre de 1921, dirigido a Carlos D. Rocha
La comisión Popular pro cincuentenario de la fundación de Tolosa, reunida en sesión extraordinaria, con profundo sentimiento se adhiere al duelo que enluta a la patria argentina por la pérdida irreparable del que en vida fué su miembro honorario y en homenaje a las relevantes virtudes del ilustre ciudadano, gobernador de la provincia, fundador de su capital, eminente jurisconsulto y militar distinguido, se pone de pie y suspende sus funciones en el día de la fecha. Firman: Ventura Bianchi Presidente y R R. Boschetti Secretario.
Centro y Biblioteca "Tolosanos Unidos"
Con motivo del fallecimiento del fundador de La Plata, doctor Dardo Rocha, este centro tomó la resolución siguiente: Ponerse de pie en homenaje del extinto, enviar una nota de pésame a la familia, e invitar a los socios a concurrir al acto del sepelio que se realizará hoy a las 10 en el cementerio del Norte de la Capital Federal.
Centro de Fomento y Biblioteca "Martín J. Iraola" de Tolosa. Tolosa, 7 septiembre de 1921, dirigido a Carlos D. Rocha
La Asociación Pro Copa de Leche de la Escuela número 79, en conocimiento de la irreparable pérdida del eminente hombre público y fundador de esta ciudad Dr. Dardo Rocha, cuya pérdida lamenta el país entero, se adhiere al duelo intenso que embarga a todos los corazones. Firman Eugenio Aralde Presidente y Ángel A. Landi Secretario.

El Hotel Genevre: En este hotel en los primeros años de la fundación de La Plata, el doctor Dardo Rocha celebró sus periódicas reuniones con los ingenieros Maqueda, Rivera, agrimensores, Glade, Monteverde, Díaz y De las Carreras, asi como con los sobrestantes, Navarro, Udaeta, contructores etc., todas vinculadas al trazado y copnstrucciones oficiales de la ciudad.
Asimismo realizaba en la aludida casa en en la companía de sus colaboradores, sus almuerzos y no pocas veces pernoctaba también alli dado su afán de desarrollar la mayor actividad para habilitar lo más pronto posible las comodidades indispensables para el traslado de las autoridades provinciales.
El hotel estaba ubicado en esta casa que se conserva aún en la calle, hoy 529 entre 1 y 2.


A los flamantes campeones de intermedia
y a la simpática juventud tolosana, como
sincero homenaje de nuestra admiración.

"Los Tolosanos"
Marcha
Nobles pechos tolosanos de pie!
a luchar por un ideal, que nuestro emblema triunfal!
sea siempre venerado con fe.
Que es muy bello conquistar el laurel,
con bizarría y honor,
para ver nuestra enseña gloriosa
en un marco de esplendor.
Coro
Luchemos con fervor,
con entusiasmo y valentía
que reine la armonía,
dentro de la institución.
¡Arriba Tolosanos,
que el premio a la victoria
será un penacho de gloria
para nuestro pabellón!
Bella insignia que en el negro color
refleja su majestad,
y simboliza lealtad
la blancura inmaculada en su albor.
En un día muy cercano verá
por su altivez y moral,
en la cumbre del noble deporte
erigir su pedestal.
Pedro F. Sassone, Joaquín Baldó


Incendio: El 21 de abril 2003 se incendió la historica estación de trenes de Tolosa se investiga si se trató de un hecho intencional, el echo ocurrió a las 0.45 en la estación bajo concesión de la empresa Ferrocarriles Metropolitanos, ubicada en las calles 1 entre 527 y 528 de Tolosa.

El Cine Luxor: En la esquina de 115 y 530 había un cine que se llamaba "Luxor" abra estado hasta mediado de la década del 60 y después se abrió un supermercado, enfrente en lo que hoy es la escuela Nuestra Señora del Carmen, antes de que fuera escuela se pasaban películas, hoy es el salón de actos.

Plaza de la Ingeniería Argentina: Fuente y faro remplazados con motivo del centenario de la fundación de la ciudad de La Plata, por Ordenanza N° 5142 y 5353 en la calle 7 y 528 la obra es del escultor G. Kosice.

Mercado Regional La Plata: El cierre del Mercado La Plata hizo que todo el comercio de frutas y verduras se unificara en el Mercado Buenos Aires, que cerró sus puertas, el 30 de Noviembre de 1972 se inauguró en 520 y 116 el Mercado Regional La Plata.
Este mercado está asentado sobre un predio de cuatro hectáreas, con entrada principal en 520 y 116, y sus edificios responden a un estilo arquitectónico francés en boga durante la década del 60, del que son modelos los mercados de las ciudades de Lyon y Nimes y el de Florencia.
Escuela de Policía: La Escuela de Policía “Juan Vucetich” se fundo el 27 de junio de 1941, previo reacondicionamiento de las instalaciones se mudaría a las dependencias ferroviarias existentes en la estación Tolosa, ubicada en la intersección de las calles 1 y 528. Luego de un incendio, en el año 1959 se emprende el traslado del asiento de la Escuela de Policía “Juan Vucetich” a las instalaciones de la ex-estancia San Juan en el parque Pereyra Iraola.
Distribuidor: El 19 de noviembre de 1979 se inauguró el Distribuidor de Transito de 13 y 520.


Cuarenta años de Los Tolosanos
En ocasión de cumplir el Circulo Cultural Tolosano cuarenta años de existencia le fue obsequiado a mis padres, por el orador de esa noche el Rodolfo I. Dorna Machín, el texto completo de su discurso de aquella memorable noche del viernes 4 de marzo de 1966 del cual han sido extraídas las partes más importantes:
“Señor Presidente del Círculo Cultural Tolosano,
Señor Presidente de la Comisión de Festejos,
Señores integrantes de la Primera Comisión Directiva,
Señores Ex Presidentes,
Señoras, Señoritas, Señores:
En mi condición de primer Presidente del Círculo y habiendo sido distinguido en otros tres períodos con idéntica designación, he sido amablemente invitado para hacer uso de mis expresiones en nombre de ese núcleo de entusiastas jóvenes, que hace cuatro décadas con el primitivo nombre del club Los Tolosanos, colocamos la piedra fundamental de ésta nuestra querida institución.
Las he confeccionado, robando horas a mí anhelado descanso anual, entre excursiones e invitaciones, en la próspera tierra del sol y del buen vino.
Al conjuro de esas magníficas sensaciones, así sentimos y nos estremecemos, los que hoy, con una especie de celestial regocijo, nos reunimos bajo el honorable techo del hijo del alma, nuestro segundo hogar..., porque la antorcha de aquel 27 de febrero de 1926, puesta siempre en dignísimas manos, sigue alumbrando..., afincados en este sector septentrional de la ciudad, que es nuestro terruño tolosano, canto a la laboriosidad y al progreso.
Humilde fue la cuna donde vio la luz, el incipiente organismo, sin otro calor que el de nuestro aliento y sin otro techo que el cielo. Nació bajo el auspicio de un animoso grupo de adolescentes, niños casi, que al compás del latir acelerado del corazón, cristalizamos en realidad, una aspiración largamente acariciada.

Fundar el club, con el propósito inicial de fomentar la práctica del fútbol, ...la firme confianza en nuestro idealismo y la fe indestructible que nos animaba verificó el milagro que, con este conjunto de jóvenes, clavadas nuestras pupilas en las constelaciones lejanas, desde la alcantarilla, lado Este, de 527 y 118, legásemos a la localidad y a la ciudad toda una institución de honrosa trayectoria deportiva, social y cultural.
Lo que ayer se plasmó en esa alcantarilla, ya ribetes de leyenda , hoy ha llegado a ser, por su organización, persona jurídica y por su dinámica, reconocida por numerosas entidades oficiales....
Configura un acto de estricta justicia, enumerar ahora, la nómina de quienes me acompañaron en esa gestión inicial:
Vicepresidente: Sr. Juan Corlatti
Secretario: Sr. Libertario Aguirre Bengoa
Pro Secretario: Sr. Manuel Iglesias
Tesorero: Sr. Julio Tessari
Vocales: Sres. Ángel Camacho, José Antonio Mazcazzini, Alberto Perrota y Oscar Pérez.
Nuestras primeras armas, las hicimos exclusivamente, en el orden futbolístico, de entrada, normas severas de economía, protegían nuestros magros ingresos.
Posteriormente, apiadado de nuestra orfandad, el padre de uno de nosotros, el señor Guillermo Aguirre Bengoa (tío del actual presidente) nos facilitó una habitación de material , en la antigua “Quinta chica” de 527 y 117 contar con techo y algunos modestísimos muebles, en lugar de la frialdad del riel, ya constituyó un paso sideral para nosotros.
Los señores Francisco Sust y Antonio Perrotta nos donaron con los colores blanco y negro, el primer juego de camisetas. Como exponente de gratitud, por ahí debe de andar algún sobre de correspondencia, con el primer nombre que llevaba su almacén: “Los Tolosanos”, al que nosotros agregamos, agradecidos, las iniciales de ambos benefactores, primeros Presidentes Honorarios..., He ahí la explicación de la para algunos, misteriosa sigla “Los Tolosanos S y P” y el porqué de sus colores.
Como en el terreno futbolístico, las viviendas empezaron a sucederse y el público, exitista siempre, iba en vertiginoso aumento, ya nos resultó pequeño, el campo primitivo, sito en 527 118 y 119 y nos mudamos a 526 y 118, propiedad de los acaudalados señores Naón de la Capital Federal, que nos cedieron en forma desinteresada, el uso de toda esa manzana.
Allí fue donde se incrementó nuestro potencial deportivo y luego de una serie triunfal de confrontaciones con equipos no afiliados, el club consiguió la anhelada afiliación a la Federación Amateurs Platense, en la División de Ascenso, denominada Segunda Libre.
A todo esto, vecinos conspicuos de la zona, fueron incorporándose, una vez vencida la prueba de fuego, a que equivalían los dos primeros años de ida, no sin cierta resistencia de nuestra parte, creíamos ver en ello, una amenaza de desplazamiento, dada nuestra condición de individuos casi imberbes.
Felizmente, todo se solucionó en forma diplomática, mediante la integración de una Comisión Directiva, diríamos, mixta de adolescentes y gente ya madura.
Otro paso importante en nuestra ascendente evolución, se lo debemos a la señora Juana Lampugnani de Turallas que, en un gesto que hizo época, nos cedió magnánimamente, para sede de nuestras reuniones de la C.D. su sala de recibo.

Luego, reuniones danzantes de singular predicamento en nuestro medio social con una seleccionada y extraordinaria concurrencia, que obligó a la contratación de trenes expresos hasta Punta Lara y la quinta de Don Valentín, dieron pronta jerarquía a la Institución en la sociedad de Tolosa.
Tengo a flor de labios, mil y una anécdotas más, de sabroso contenido, pero resuelvo archivarlas en un sitial sagrado de mi memoria, en mudo homenaje a vuestra indulgencia. La empresa se agigantó en la presidente del prestigioso Farmaceutico. Señor Carlos L. Alonso, la del señor Ernesto Montenegro.
Pasamos, pues, a militar en el círculo privilegiado. El campo de deportes de 526 y 118, tenía casilla y baños flamantes, pero carecía de alumbrado olímpico, requerido por los reglamentos federacionistas.
Pero el cielo nos dio una mano que jamás terminaremos de agradecer, quienes hemos hecho del deporte un oasis de felicidad y una pasión arrobadora, que ha de acompañarnos mientras subsista un latido en nuestro corazón.
A esa altura de nuestro desenvolvimiento, de acuerdo al acelerado ritmo del progreso evidenciado en todos los órdenes, la sede social había sido trasladada a la amplia casona de la calle 118 N° 375, propiedad de una familia tradicional de Tolosa: Doña Luisa Midon y sus hijos. Fue allí donde vivimos la euforia de la victoria, con su prolongada y bulliciosa celebración.
Como imágenes que hoy representan el concepto moral que, desde la más tierna edad, fue sólido pedestal de la institución, nombraré a doña Josefa Lampugnani de Turallas, ejemplo de desinterés, de tesón, de numerosas iniciativas y de finezas, que la convirtieron en Presidenta obligada de las primeras comisiones femeninas y en figura de relevantes perfiles, no sólo entre la masa societaria, sino en la localidad que nos cuenta en su seno, el señor Luis Mazcazzini, el señor Luis Angel Firpo de la Barra y primer tesorero del club, sinónimo de escrupulosidad y honradez.
Las tradicionales familias de añeja estirpe tolosana, como las de Perrotta, Aguirre Bengoa, Sust, Camacho, Miguens, Corlatti, Laborde, Lagomarsino, Botteri, Carballo, Tessari, Baccaro, Giampaolo, Rossi, Alonso, Novara, Pané y De María, a Don Marcelino Alonso, a doña Carlota Scarcheri de Alonso, su distinguida esposa, a Nicanor Iriarte, caballero del deporte, a Roberto Abrodos, el rey de la gambeta, hecho en el club, mimado del piberío del alambrado.
A los hermanos Carlos, Elio, Bartolo y Roberto Alonso, que hoy serían presas codiciosas para cualquier team profesional, a los defensores Isaac Jáuregui y Juan Salvador, a Juan Carlos Laborde, farmacéutico de prestigio, a Don Segundo Mizqui, a Quico Sust y al inglés Davis, creadores en nuestro medio del jugador N° 12, el primero de ellos fallecido como consecuencia de la euforia de un gol y para finalizar la lista, con el primer entrenador y director de Cultura física, el malogrado amigo Gregorio Lachas Díaz, de gesto adusto, pero de alma candorosa.
Pero en 1936, a diez años de su existencia, por esas continencia desagradables que también paladeamos en nuestras vidas, llegó el momento crítico. El fútbol, motivo vital de nuestros afanes y desvelos, absorbía tristemente, más entradas que las modestas arcas del Tesorero.
Con todo el dolor del alma – a la fuerza ahorcan- para o extinguirnos y desaparecer, resolvimos desafiliarnos de la Federación Amateurs Platense. Concomitantemente, surgieron síntomas de zozobra en el navío de nuestras ilusiones juveniles. Se vivió el momento crucial de vida o muerte, con amenazadores y negros nubarrones en el horizonte.
He nombrado a Luis Contarelli, hijo, pionero de las entidades de bien público de La Plata, a las que ha consagrado sus avasalladoras energías y la razón de ser en su vida ciudadana.
Es el poseedor del mérito, el que concibió la forma de conjurar el colapso, modificando substancialmente el rumbo de la nave. Secundado por un grupo de asociados tan reducido (éramos trece), como tenaz y jugándose el todo por el todo, se resolvió mudarse a la calle uno, la arteria céntrica de Tolosa, y alquilar la mansión señorial de los Campoamor, que es en la que hoy está ubicada la sede social, suprimir definitivamente, el fútbol –oh desgarro cruel- e imprimir nuevos rumbos al menguado organismo, inaugurando la era cultural, era la Universidad Popular, de la que fue lider indiscutible y abanderado, el señor Pablo Labombarda, de recordada memoria, el Dispensario de Lactantes, único en Tolosa, atendido por el Dr. Sribman y poco tiempo después, por el Dr. Luis Lavalle, a quien yo comprometí y que prosigue enhiesto, en su apostolado, en la actualidad.
Con el aporte valioso de doña Rita L. De Lagomarsino y un núcleo de distinguidas damas tolosanas, empezó a funcionar el Ropero del Bebé, para recién nacidos desamparados. Todas iniciativas de inmenso valor y de honda gravitación en nuestro medio social. Don Alfredo Lagomarsino y los suyos, en un generoso gesto, nos facilitaron en un primer momento, este terreno, en el cual se implantó la práctica del básquet y de las bochas, fuentes después de sólidos galardones en el deporte platense.
Se prosiguió con la práctica del juego-ciencia, que implanté en mi condición de entusiasta del Ajedrez, hace 36 años, en el ambiente del club.
Las soluciones heroicas trajeron como prevista derivación, el cambio de nombre del Club Los Tolosanos, por el de Círculo Cultural Tolosano, más acorde con su reestructuración y la ampliación de sus horizontes, que le confirieron su fisonomía actual.
Fueron medidas dignas para ese angustioso trance, algunas de carácter drástico, pero todas inspiradas en el afán de engrandecimiento que rindió los óptimos resultados de los que hoy somos dichosos testigos, sino relegamos al olvido que en la vieja casa de la calle 118, no nos alcanzaba el presupuesto, para abonar a Da. Luisa, los modestos treinta pesos, estipulados en el alquiler mensual.
Durante ese períodos, al graduarme como médico en la Capital Federal, en el mes de julio de 1936, me ví precisado a renunciar a la vicepresidencia, para ir a ejercer la profesión en la tierra hospitalaria y libérrima, la de las cuchillas pintorescas, la de las selvas montieleras, la patria chica del Supremo entrerriano, el Gral. Urquiza, en un alejamiento sólo material, ya que mi espíritu permaneció siempre rondando los pasos del bendito ex club de mis amores, a través de los seis años que me tornaron ciudadano entrerriano. Aquí, en familia, debo confesarles a ustedes, la razón de ese exilio voluntario mío.
Hitos importantes en la posterior evolución, fueron la obtención de la Personería Jurídica y la soñada adquisición de la sede social de la Avda. Uno, en el acto de cuya compra, se tuvo la exquisita gentileza, de exteriorizarme el júbilo reinante, mediante un telegrama que se me hizo llegar a mi domicilio de Entre Ríos con una celeridad y un gesto, que he de seguir agradeciendo , mientras Dios me dé vida. El bien costó la, por ese entonces, importante suma de $32.000.
Otros importantes peldaños en el patrimonio de nuestro acervo histórico, fueron: El haber conseguido ser beneficiarios de la Comisión de Bibliotecas Populares, la conquista nada menos que en cinco campeonatos anuales, del título máximo del básquet de La Plata, la resonante victoria alcanzada en Avellaneda, en el torneo abierto del Club Independiente, materializando la hazaña que parecía una utopía: ganar el torneo pese a la intervención como rivales de fuste, de lo más selecto del básquet porteño, la obtención de varios campeonatos, por los aguerridos bochófilos del círculo y la adjudicación de varios torneos por el equipo de ajedrecistas, todo ello, sin descuidar el promisorio semillero, de abundante cosecha, de las divisiones inferiores del básquet.
Hasta que un día, por un azar feliz, llegó hasta nuestra casa, ese gran benefactor, cuya rápida desaparición, nos parece aún, una pesadilla nefasta: el señor Humberto Minoli, quien en poco tiempo y contando con el medo afectivo que él conocía muy bien, por haber transcurrido su infancia en esta localidad, fue llevado a la presidencia, en varios y sucesivos períodos. Esto es Historia fresca, señores. Bajo la paternal égida del señor Minoli, el Círculo alcanzó un ritmo de progreso extraordinario, que lo ha conducido hasta la altura que hoy lo distingue, entre las instituciones similares.
Vaya, asimismo, una palabra de admiración y justicia para el añejo luchador y secretario por antonomasia de la primera era, señor Jerónimo M. García, que durante años y años, en distintas C.D., se constituyó en un engranaje vital y que no conoció la fatiga, en su trajín abrumador y otra para mi querido amigo y activo secretario, señor Luis A. Camacho, también desaparecido hace poco tiempo, con quién coloqué más redes y marqué más veces con cal, en mi vida, las líneas que señala el reglamento de los campos de juego.
Como broche final de mi reseña, me complazco en hacerme eco del unánime reconocimiento y de nuestras más efusivas felicitaciones, el señor Presidente de la Comisión de Festejos, el destacado periodista y dilecto amigo, Osvaldo D. Tomatti, quien honra con su presencia nuestra Casa y ha dado lustre y jerarquía a la Comisión que he presidido, con el éxito del que esta noche, todos nos vanagloriamos.
Sólo en su alma de enamorado de las cosas lindas del deporte, que traduce semanalmente, para nuestro deleite, en las columnas de “El Día”, con el seudónimo de Mercurio, sinónimo de genio, madurez y chispa, del que somos fervientes lectores y en la fuente de inagotables energías, que le concede su condición de ilustre hijo de Ranchos, podemos encontrar nosotros, la explicación de cómo, pese a sus tareas absorbentes, como periodista, como comentarista deportivo número uno de la ciudad y como secretario de Redacción del decano del periodista platense se ha dado aún tiempo para poder invertirlo en organizar un acto como éste.
Pero señores, todo lo hermoso de un acto como éste y toda la imponencia que fluye de tanta evocación, resultarían pálidos y con mengua, sin el concurso de ese ser alado por la gracia, que torna bella nuestra existencia, virtuoso nuestro sufrir y florido nuestro pensamiento: la mujer, sueño de nuestra felicidad y manantial del afecto más puro de la tierra. Sin su concurso, nuestra obra, jamás hubiese alcanzado a erigirse en nuestro segundo hogar. Es que si bien el hombre se eleva por su inteligencia, por los adelantos técnicos y por el progreso de la ciencia, no es hombre, más que por su corazón”.
Tolosa, 4 de marzo de 1966.
Francisco José Laborde
Nació un 4 de mayo de 1902 y vivió en Tolosa a partir de los dos años de edad, era hijo de una familia de gran prestigio y muy querida en la zona.En Tolosa vivió, formó su hogar y se dedicó toda la vida a su gran amor: el ejercicio de la medicina desde 1927 año en que obtuvo el titulo, que la practicaba con una gran dedicación y desinterés material que sumado a su trato afable lo hicieron merecedor de la amistad de todos los que lo trataban.
Además de dar su tiempo a sus enfermos, encontró espacio para la historia, este amor por la investigación histórica le venían de su abuelo materno Francisco Cestino, autor de una Historia de la Ensenada.
Conferencista e incansable lector participó como miembro activo en clubes culturales, sociales y deportivos perteneciendo al Consorcio de Médicos Católicos. Fue médico “ad honorem” del Asilo Marín hasta que se jubiló, médico del Circulo Católico y Director de los Dispensarios de la Cruz Roja Argentina de La Plata.
Ejerció cargos como miembro de las Comisiones Directivas de la Sociedad Médica de La Plata, del Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires, de la Liga Popular contra la Tuberculosis, del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata, dirigente de U.C.R, de la Asociación Sarmiento, interventor de la Sociedad de Historia de la Medicina perteneciente a la Sociedad Médica de La Plata, Director Médico de la Dirección de Maternidad e Infancia y de la Dirección de Acción Médico Social del Ministerio de Salud Pública de la provincia de Buenos Aires.
Escribió el libro “Breve Historia de Tolosa” prologado por el Prof. Enrique M. Barba presidente de la Academia de la Historia. Sus investigaciones históricas y las intensas gestiones que hiciera con un grupo de amigos tolosanos tuvo un papel importantísimo en la modificación de la fecha de fundación de esta localidad.
Se jubiló en 1970 y se le tributó un homenaje organizado por las instituciones sociales de Tolosa con posterioridad a su muerte acaecida el 5 de febrero de 1975. En una unánime resolución del Consejo Deliberante de la ciudad de La Plata se le dio su nombre a la calle 2 entre 528 a 532 oportunidad en que también se colocaron placas en su casa de 2 entre 530 y 531 y en la esquina de 2 y 532 en homenaje a su filantropía practicada en la medicina.

Se agradece muy especialmente la atención de las Sras. Nelly Laborde de Adrover y Dora Laborde y el préstamo de material bibliográfico y fotos.

Emma de la Barra
La dama de "Las mil casas"
A principios del siglo pasado, cuando no se conocía el fenómeno llamado "best-sellerismo", una escritora argentina se daba el lujo de agotar ediciones de su primera novela que, tímidamente, había aparecido en un medio intelectual reducido. Se llamaba Emma de la Barra pero eligió para firmar Stella, el libro que la lanzó a la fama, un nombre masculino.
Fue desde entonces "César Duayen". Había nacido en Rosario en 1861 y era hija de Federico de la Barra, político y periodista de destacada actuación que, en la villa de los años '60 que crecía vertiginosamente, reunía noche a noche en su casa una tertulia de personajes brillantes. Siendo todavía niña, Emma se trasladó con la familia a Buenos Aires donde, años más tarde, se casó con su tío paterno Juan de la Barra. Inquieta por naturaleza, continuó desarrollando sus talentos artísticos, encaminados hacia la música y la pintura.
0tra importante empresa en la que participó, con el marido, fue la construcción de un barrio obrero en Tolosa, donde estaban los talleres ferroviarios junto a La Plata, o lo que sería entonces la capital de la provincia. Habilitado en 1882, precisamente el año de fundación de esa ciudad, el grupo de edificaciones, que abarcaba dos manzanas, fue popularmente conocido como "las mil casas", de las que aún quedan vestigios. Emma proyectó allí una escuela, teatro e iglesia, pero fracasó económicamente y perdió casi toda su fortuna.
Recluida por su viudez como se acostumbraba entonces, a partir de 1904 se entregó a la literatura, ya que otras actividades le estaban vedadas. Escribió Stella en pocas semanas según refirió en un reportaje, y la dio a la imprenta en forma anónima encargándose de los trámites Julio Llanos, poco después, su segundo marido.
También explicó que el seudónimo obedecía al hecho de que una mujer escritora era entonces mal vista, pero lo cierto es que el éxito fue inmediato. Corría el año 1905 y la reducida sociedad de la época comentó el hecho con interés, pues se creía estar en presencia de una novela con personajes reales, además de que conquistaron a los lectores el verismo y el estilo con que se pintaba un medio que la autora conocía bien.
Llegó a suponerse que Llanos era el responsable del libro, pero, ante el revuelo suscitado, la verdad salió a luz. La crítica literaria fue elogiosa y la primera edición se agotó enseguida. Aquella novela emocionó a varias generaciones, dio a su autora motivos de orgullo y ganancias considerables y tuvo varias ediciones y traducciones.
Entregada de lleno a la tarea literaria, Emma de la Barra publicó en 1906 otra novela, Mecha Iturbe, por cuyos originales la casa Maucci, de Barcelona, pagó 5.000 pesos adelantados por 6,000 ejemplares, hecho insólito er las letras argentinas. Adaptó sus obras para el cine y colaboró en diarios y revistas, pero su mayor lauro fue Stella, escrita en una época en que no eran muchas las mujeres que podían aspirar a la fama literaria, fallecio en Buenos Aires en 1947.

Matias Behety
Puede considerarse a Behety como el primer poeta platense a pesar de que residió gran parte de su vida en Buenos Aires.Matías Behety que había nacido en Montevideo en 1849, era hijo de vascos franceses. Se había educado en un colegio de Concepción del Uruguay que sostenía Urquiza.Tuvo como compañeros a Roca, Manuel Quintana, Victorino de la Plaza y Olegario Andrade.
Lector ávido y excelente estudiante rápidamente lo dotaron de una cultura que llamaba la atención a sus camaradas y docentes.Viaja a Buenos Aires, estudia derecho en una carrera meteórica pero jamás terminó su tesis. Se inicia en el periodismo pero también frecuenta la noche y el ajenjo comienza a enfermarlo.Su fama atrae la atención de Domingo F. Sarmiento que lo visita ya que desea conocerlo por su cultura y su forma de escribir. Este soneto tal vez el más conocido muestra su sensibilidad.
Venid a mí sonriendo y placenteras
Visiones que en la infancia he idolatrado.
¡Oh recuerdo! Mentiras del pasado.
¡Oh esperanzas! Mentiras venideras.
Ya que huyen mis lozanas primaveras,
Quiero ser por vosotras consolado
En un mundo fantástico, poblado
De delirios, de sombras y quimeras.Mostradle horrible la verdad desnuda
A los que roben, de su ciencia ufanos
A todo lo ideal su hermoso aliño;
Pero apartadme de su estéril duda,
Y aunque me cubra de cabellos canos
¡dejadme siempre el corazón de un niño!...
Conoció a la hermana de Antonio Lamberti, María de quien se enamoró y trató de encarrilar su vida pero un golpe más del destino, hace que su joven novia fallezca. Esto no hace más que precipitarlo al abismo de la noche y el ajenjo.
Reside en Tolosa donde le encuentra don Enrique Uzal y lo trae a La Plata deseoso de contar con un periodista de su prestigio a colaborar en el periódico “La Plata” pero ya es demasiado tarde, fallece a los 36 años el 24 de agosto de 1885 en el Hospital de Melchor Romero. Dos días después, en cortejo presidido por el cura de San Ponciano y sus amigos más íntimos entre los cuales figura Antonio Lamberti y Leandro N. Alem, Quintana, de la Plaza, entre otras personalidades de la época le siguieron hasta el cementerio de Tolosa, en el que fue sepultado.
Mercedes Torres
Un sueño hecho realidad:"Tenía sólo cuatro años cuando con 3 o 4 plumas de tutú, en el galpón de la casa de papá, giraba y giraba hasta caerme, jugaba a ser bailarina". La frase pertenece a Mercedes Torres una reconocida vecina de Tolosa y una de las fundadoras del primer cuerpo de Baile Estable del Teatro Argentino de La Plata.
En 1946, con dieciséis años, ingresó por concurso al Teatro Argentino para formar el grupo de danzas para las óperas. Y un año más tarde, logró fundar junto con un grupo de bailarinas, el primer cuerpo de Baile Estable del mencionado centro cultural.
Por 1950, dirigió su propia escuela de ballet, que funcionó en la Biblioteca del Círculo Cultural Tolosano".
Más tarde Mercedes tomó una de las decisiones más importantes de su vida: "debo darle algo a este barrio tan querido, Le voy a dar cultura porque la cultura, como la educación, es un derecho de todos" (Tomado del libro "Tolosa las huellas del Ferrocarril" - CPES).

Nevio Américo Correa
Un 13 de junio de 1915 nacía en Tolosa Nevio Américo Correa quien cursa sus estudios primarios en la Escuela N° 5 “Tomás Espora” continuando los secundarios en el Colegio Nacional.Egresa de la Facultad de Medicina de La Plata con el título de médico en el año 1942. Su primer trabajo fue en el Dispensario Polivalente que estaba en la calle 1 entre 528 y 529. Trabajando “ad honorem” llevó a cabo una campaña de vacunación antituberculosa y antivariólica en toda la región.
Atendió gratuitamente en el Hogar Francés a los ancianos allí alojados y a todo aquel que no dispusiera de medios económicos. Entre los años 1947 y 1948 fue subteniente de reserva del ejército en Esquel. Allí ejerció su profesión tanto en las filas militares como en la comunidad mapuche donde obtuvo gran reconocimiento por su tarea al salvar la vida del jefe del grupo indígena.
Se casa con Livia E. Mariani el 27 de noviembre de 1952,. Tuvo una gran actividad social al ser miembro del Rotary Club de Tolosa. Integró también la Asociación Amigos de la Calle 2 donde trabajó arduamente por los servicios esenciales como cloacas, pavimentos, gas y colocación de luminarias.
En el año 1971 integró la comisión de festejos del Centenario de Tolosa, haciendo su aporte en la investigación de la historia tolosana.
El doctor Correa falleció un 25 de junio de 1991 pero aún hoy es recordado con afecto por su hombría de bien y su espíritu generoso siempre dispuesto a ayudar.

El "negro Cobos"
Había nacido en Bahía Blanca más precisamente en Punta Alta el 5 de junio de 1928, conocido en el mundo del tango por Juan Carlos Cobos su nombre verdadero era Lorenzo J. Pires, desde niño vivió en Tolosa con sus padres donde transcurrió su infancia y gran parte de su juventud.
Aficionado al canto desde muy joven hace sus primeras presentaciones en el año 1944 con el bandoneonista Luccini y su conjunto, años más tarde ingresa en la orquesta de "Tantin" Saborido, donde transcurre toda su carrera en La Plata, actuando en Mar del Plata en 1952 el maestro Osvaldo Pugliese lo cita para integrar su grupo de cantores, hasta el año 1954 integra esta orquesta.
En 1955 Miguel Caló lo lleva como cantor en una gira que realiza por Brasil, ya de regreso se va a España con la compañía de Jorge Lanza y Celia Queiroz, permaneciendo allí durante doce años, actúa en países del medio oriente, regresa a la Argentina en 1967 con muchos halagos y una gran experiencia, nos dejo un 9 de noviembre de 1999.

Primer Juzgado
En la calle 1 entre 36 y 37, funciono el primer Juzgado de Paz de la ciudad, recordemos pertenecía a Tolosa, fue su primer juez don Carlos A Fajardo y su secretario, don Joaquín Bernard, este a su vez era corresponsal de "El Correo Español" de Buenos Aires y como tal fue el primer corresponsal de La Plata de un diario bonaerense.
El escribano Fajardo de origen Uruguayo vivió desde los albores de su juventud los avatares propios del periodismo y la política de su tierra natal, al tiempo se vincula por afinidad con los los hombres y problemas argentinos, con tal magnitud que desde 1884 hasta el de su muerte 1920 que fallece en nuestra ciudad, fue la conjunción entre funcionario y poeta.
Desde su bautismo de fuego, en el sitio de Montevideo, hasta las batallas de Pavón y Cepeda, como ayudante del general Mitre, alcanzo distintos grados y responsabilidades militares.
Su vinculación personal con el doctor Dardo Rocha le atrajo a La Plata la nueva capital, el fundador lo incorporo a la vida activa de la ciudad cuando se crearon las primeras autoridades especiales por la ley del 9 de agosto de 1882, con el objeto de atender los aspectos judiciales y policiales de la jurisdicción territorial.
Desde entonces actúo en La Plata alternando su tiempo en sus trabajos de notario, también en el naciente municipio, y en su producción literaria, entre las cuales se destaco su libro "Reminiscencia" obra de impecable estilo.

Fecha de fundación y controversia
Placa trabajada con una hermosa alegoría que representa generaciones de obreros tolosanos, pasado, presente y porvenir.
Este homenaje es con motivo del cincuentenario de Tolosa, obsérvese que la dedicatoria presenta la fecha errónea de fundación la que durante años fue sostenida como la real.
El 6 de julio de 1952, en una conferencia pronunciada en el Club Unión y Fuerza de Tolosa, el Dr. Laborde en base a la respuesta categórica del entonces Director Honorario del Archivo Histórico Dr. Ricardo Levene, a la nota cursada por aquél el 24 de junio de 1952, dá a conocer dicha nota y su respuesta.
"No conociendo que haya mediado en el caso de Tolosa ninguna ceremonia formal, ni acta especial de fundación del pueblo, debe tomarse como fecha de fundación la del decreto que aprobó el trazado y nombre del pueblo, es decir, 20 de diciembre de 1871, en el presente caso".
Al acercarse la fecha del centenario de la fundación de Tolosa, el Rotary Club de Tolosa resuelve una publicación con los antecedentes históricos del pueblo de Tolosa y nombra una comisión integrada por los señores doctores Nevio Correa, Rodolfo Dorna Machín, Raúl Clua, Francisco J. Laborde y el señor Gerónimo García los que debían recabar de los organismos pertinente todos los datos necesarios para poner fin a la controversia.
Después de una serie de largas gestiones, finalmente con fecha del 16 de junio de 1977 el Gobernador General Ibérico Saint Jean firma el Decreto N° 1329 que en su artículo número 1 dice: "Fíjase el día 20 de diciembre de 1871 como fecha de fundación del pueblo de Tolosa, jurisdicción del partido de La Plata."
Club Unión Y Fuerza
Fundado el 5 de febrero de 1927 por un entusiasta grupo de jóvenes, los señores Enrique Mercerat, Estanislao Bacchi, Nevio Mercerat, Adolfo González, Emilio Fascio y Roberto Coffei.
Se empezó por la practica de deportes, para realizar luego reuniones sociales que se hicieron cada vez más importantes. Luego se creó la biblioteca "Bartolomé Mitre", que fue sumando un importante capital bibliográfico, que era aprovechado por muchos lectores, que día a día ocupan su sala de lectura.
A iniciativa del señor Labombarda se creó un centro bibliotecario. Se dictaron conferencia y se realizaron funciones recreativas y bailes familiares que congregaron numerosos concurrentes. es actualmente uno de los principales centros sociales de Tolosa.
Se encuentra en 531 entre 1 y 2, actualmente el club tiene un importante grupo de teatro y cine además se creó un taller de cine infantil, que hoy, es orgullo de la institución.
Actualmente el club esta metido en un proyecto muy importante para la zona, se trata de un documental que cuente la historia de Tolosa, a través de este documental, que será financiado por socios y comerciantes ligados a Unión y Fuerza, se buscará fundamentalmente despertar el entusiasmo un tanto dormido de la gente por sus instituciones.

Celebraciones y conmemoraciones
"La actividad celebratoria y conmemorativa estuvo dedicada principalmente a las efemérides nacionales, a los aniversarios fundacionales de las asociaciones barriales, a las fiestas patronales de Nuestra Señora del Carmen y, lógicamente, a los aniversarios de la fundación de la localidad. Aunque nos concentraremos en estos últimos, dedicaremos alguna atención a los otros.
Las fiestas patronales de Nuestra Señora del Carmen se realizan el 19 de julio, lo cual quiere decir que constituyen la tercera festividad de peso del mes, luego del aniversario de la fundación de Tolosa (hasta 1977 conmemorado los 7 de julio) y del 9 de Julio.
En algunas oportunidades la competencia fue desastrosa para la patrona local y en otras se decidió concentrar todo en un solo acto, pero si no hubiese sido por la creación de la escuela parroquial en 1958, seguramente esta festividad hubiera desaparecido.
Entre los años 1923 y 1930, la fuerza de las diversas congregaciones y asociaciones benéficas que estaban asociadas a la parroquia aseguraron a esta celebración la asistencia de numeroso público a su acto central, la procesión encabezada por la imagen de la patrona.
En 1952, la fuerza del nuevo párroco, José A. Santolín hará que la fiesta patronal tome nuevos bríos, pero lo que asegurará definitivamente que éstas alcancen un “lucimiento” similar al de la segunda mitad de la década de 1920 es la creación de la escuela parroquial (1958), lo que garantizará, de allí en más, la asistencia de un público cautivo 253 engrosado año tras año
251 Domingo F. Sarmiento (“Villa Rivera”), Mariano Moreno (Círculo Cultural Tolosano), Gral. Bartolomé Mitre (“Unión y Fuerza”), Manuel Belgrano (C. de F. y B. “Manuel Belgrano”), Gral. Lavalle (As. de F. y B.“Gral. Lavalle”), Remedios de Escalada de San Martín (C. S. y D. “San Martín”).
El único intento realmente original y significativo en este campo es el del Club Social y Deportivo “Los Tolosanos”, quien bautiza a su biblioteca “Isidora Machín”, maestra tolosana ya mencionada.hasta que esta escuela tenga conformados todos los cursos de primaria y secundaria (1965), estabilizándose de allí en adelante
Se baila y se canta, organizándose “fiestas mayas” a las que asiste toda la familia y disputándose cada asociación vecinal por organizar eventos a cual más colorido.
En los años 1940 comienza a darse una transición, las veladas danzantes comienzan a desaparecer, conservándose la organización de eventos destinados exclusivamente a los niños (reparto de escarapelas y golosinas) y en a partir de 1944, como si hubiese existido algún tipo de orden oficial, al tiempo que subsisten las distribuciones a los niños, las asociaciones vecinales cambian totalmente el tono del evento.
Desaparecen totalmente los bailes y funciones teatrales para dar paso a eventos puramente conmemorativos: actos culturales en los que alguna conferencia alusiva es completada con discursos y algún entretenimiento de carácter folclórico (danzas nativas o ejecuciones de piezas folklóricas), todo ello luego, claro está, de que alguna señora o señorita ejecutase el Himno Nacional en el piano.
Así, los vecinos, pasan de ser actores a espectadores de la “patria” y ello tal vez indique algún cambio substancial de la relación entre los ciudadanos y la Nación. 255
Colegio Nuestra Señora del Carmen
El nuevo logo fue diseñado en el marco de los 40 años del Colegio Polimodal y coincidió con la apertura de la Modalidad de Ciencias Naturales.
Se trató de buscar un logo que comunicara el espíritu y las características de nuestro Colegio de un modo más singular. Un logo que sea sinónimo de la Institución.
Estas características no eran reunidas por el que se tenía hasta ese momento, el cual podía fácilmente confundirse con el de otros establecimientos educativos pues partía de un diseño común.
Significados:
La Cruz (domina el logo): Nuestra identidad cristiana.
Paloma sobre el Texto: Simboliza al Espíritu Santo iluminando el conocimiento, el saber académico.
Arco sobre la Paloma: La Corona sobre la Virgen del Carmen.
Estrellas: Estrellas de la Corona de la Virgen del Carmen.
Escapulario: Sobre la Cruz: Nuestra identidad de Colegio. Es el signo que le da la mayor singularidad al diseño.
Los aniversarios de las instituciones barriales también presentan esta característica de ser hasta algún momento una celebración para pasar luego al terreno de la conmemoración, con la diferencia de que el cambio se da más tarde y en función de la propia vida interna de la institución.
En tanto hubo algo que festejar (acumulación de acciones exitosas en pro del fomento edilicio, crecimiento de las actividades de las bibliotecas, intensa vida deportiva coronada por triunfos en campeonatos) y deseos insatisfechos -es decir, proyectos- la celebración anual de la fundación fue una fiesta y una reafirmación de la voluntad común de seguir apostando al “progreso” logrado en base a la acción común.
A partir de los años 1960, cada vez más los festejos organizados comienzan a reducirse, llegando a la década de 1970 donde ya se trata de una pura conmemoración: una cena de camaradería donde se rememora la gesta fundacional, en muchos casos contando todavía con la presencia física de socios fundadores, distribución de diplomas, recapitulación de los viejos logros de la entidad como forma justificatoria de la existencia y, en líneas generales, un decidido acartonamiento, traducido en la forma misma del evento.

No más bailes ni pic-nics (en las que el aniversario cae en la belle saison), raramente un torneo ínter-clubes (y los que se hacen están limitados por lo general a bochas o a juegos de salón: truco, mus) y los asistentes a las cenas de camaradería parecen haberse reducido notablemente. Este vuelco hacia el pasado nos habla, evidentemente, de un pobre presente y un futuro poco promisorio, o que al menos, no se percibe con claridad; la memoria como substituta de la vida y no como el elemento acumulador de experiencias de una vida lanzada hacia el futuro.
Hasta los años 1980, lo alumnos tanto de la escuela primaria como de la secundaria, recibían un “vale” luego de la misa dominical y de la procesión anual que debía ser presentado a las autoridades.
Las ausencias reiteradas o injustificadas podían significar repetir el grado en la primaria o no promocionar la materia “religión” en la secundaria.255
Algo que lamentablemente no estamos en condiciones de saber es exactamente qué se celebra oconmemora en cada 25 de Mayo. La 'revolución' ciertamente, pero ¿atribuyendo qué sentido a la palabra? Este tema por sí solo justifica una investigación, que está siendo actualmente encarado por un grupo interdisciplinario de la Universidad Nacional del Comahue que tuve el honor de dirigir entre 1994 y 1996.
vida y no como el elemento acumulador de experiencias de una vida lanzada hacia el futuro. Por otra parte, los años 1960 van a aportar algunas novedades en cuanto a celebraciones se refiere. La Asociación “Amigos de la Calle 2 y Adyacencias” va a instaurar la celebración de la Semana de la Primavera Tolosana y organizar distintos eventos relacionados con la Navidad y la Fiesta de Reyes.
Dado el carácter de esta asociación, el objetivo último es fomentar el consumo en los comercios locales, pero al mismo tiempo se organizan actividades sociales (concursos de manchas, sueltas de globos, entretenimientos deportivos, elección de la Miss Primavera Tolosana, apariciones de Papá Noel y de los Reyes Magos) que incorporan una nota novedosa en la vida tolosana, al incorporar al calendario otra fiesta pagana más (justo cuando los carnavales empiezan a declinar) y laicizando las fiestas de fin de año".
252 El Día, 03-01-1944, pág. 10, col. 3.
253 Según las épocas, la no participación de los educandos estuvo sancionada con una inasistencia a clases,
con malas calificaciones en la asignatura “religión” y, en el caso de los alumnos del secundario, la sanción
podía llegar hasta la aplicación de amonestaciones. Entrevista a M. C., 42 años,
egresada de la tercera
promoción de maestras del colegio parroquial

254 De las principales efemérides nacionales, la única que puede ser rescatada es el 25 de Mayo, puesto que el 9 de Julio solía quedar opacado o absorbido por el aniversario de Tolosa. Aquí lo que nos parece importante de resaltar es que, hasta mediados de los años 1940, el “aniversario de la patria” es celebrado y que luego es conmemorado. En los años 1920 y 1930, Mayo es celebrado como si se tratase de un cumpleaños familiar, algo cercano.